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"OPINIÓN"

"Limitaciones en la educación ante la crisis de salud"

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23/05/2020

    Rafael Morgan Ríos

    cp_rafaelmorgan@hotmail.com

     

    Las terribles consecuencias de esta pandemia de Covid-19 que detiene la economía, suspende la convivencia social, trastorna los ciclos escolares, rompe todos los esquemas de salud y provoca diferencias entre los actores y sectores de la actividad social, en cuanto a la forma de enfrentar las crisis concurrentes, todo ello agravado por las diferencias políticas e ideológicas, en momentos en que estas diferencias deberían aislarse, guardarse en el ropero o cuando menos atenuarse para mejor enfrentar la enfermedad y sus consecuencias y salir lo mejor librados en el menor tiempo posible.

    Además del cuidado del medio ambiente que pasó a un segundo o hasta un tercer término en la atención social y gubernamental, también ha pasado a un segundo lugar el grave problema de la educación, pues se han puesto de manifiesto las importantes debilidades, no sólo físicas en escuelas y elementos de enseñanza, sino también las limitaciones de administradores, magisterio y estudiantes para acceder a sistemas alternativos y complementarios de enseñanza. Más aún, cuando ya se habla de un “regreso a clases”, no existen las condiciones elementales para no provocar un retroceso en el control y detención de la infección.

    Leyendo en la prensa que en Wuhan, en donde se inició la pandemia, ya están regresando a clases, pero tanto maestros como alumnos se sujetan a la prueba de detección, pasan filtros desinfectantes, cubrebocas, control de temperatura, guardan distancia entre ellos y en grupos pequeños, verificando que no exista enfermedad en sus familias.

    Es posible que en México se pueda regresar a clases el 16 de junio, con un mínimo de controles. Tal vez se pueda aplicar lo de los grupos limitados a 10 o 20 alumnos máximo, a sabiendas que los grupos escolares, en casi todos los niveles, ha sido de 40 alumnos o más. México no ha tenido la práctica de aplicar pruebas de detección, por lo que no es de esperarse que se utilice para el regreso a clases; se podría aplicar el control de la temperatura, lo cual debe hacerse todos los días, habría que asegurarse que todos se lavan las manos al llegar y al retirarse y hay que cuidar la manera en que se transportan de sus casas a la escuela y de regreso. No se cuenta tampoco con los recursos para estudiar cada familia en sus hogares. Es decir, si se pretende regresar a clases pronto, se deberían aplicar suficientes medidas de prevención para no provocar la transmisión del Covid-19. Ante todo esto, el programa de Escuelas de tiempo completo, se acabó.

    Según el Secretario de Educación Pública federal, Esteban Moctezuma, las actividades escolares presenciales pudieran reiniciarse el 16 de junio y se alargaría el ciclo hasta el 17 de julio, aunque según el Secretario de Educación Pública de Sinaloa, Juan Alfonso Mejía, se tomó la decisión de terminar en línea el ciclo escolar, pero la enseñanza en línea tiene muchas otras limitantes. La mayoría de los habitantes de las poblaciones de la sierra y muchas de la costa, no cuentan con capacitación ni elementos físicos para recibir y aprovechar la enseñanza. Para muchos alumnos prácticamente el ciclo escolar quedó trunco, aunque haya transcurrido el 75 por ciento del tiempo del año escolar; el aprovechamiento a distancia queda mucho a la voluntad y permanencia, tanto del maestro como del alumno. Se han elaborado programas especiales para la televisión y para el internet, pero si ya es difícil captar y mantener la atención y el aprovechamiento del educando, imagínense frente a una pantalla durante tres o cuatro horas, máxime que el uso común que se le da a la televisión y al internet es el de entretenimiento, contra lo cual competirían las clases.

    Esta crisis de salud ha puesto de manifiesto las debilidades y el atraso de nuestro sistema educativo. Ni maestros ni alumnos están capacitados, ni entrenados, ni motivados para usar las nuevas herramientas tecnológicas, que en muchos países ya son de uso común. No era mala la idea del Presidente Fox cuando implantó la llamada Enciclomedia, llevando computadoras y sistemas a muchas escuelas, pero lo hizo al “troche moche”, sin capacitar primero a los maestros en el uso de la herramienta física y sin convencerlos de las bondades del sistema. Los siguientes presidentes, Calderón y Peña Nieto, impulsaron también la idea de enseñanza en línea como complementaria, pero también sin el convencimiento del magisterio, por lo que el equipamiento no se utilizó, la capacitación integral no se dio o no se aprovechó, y ahora nos está haciendo mucha falta.