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"OPINIÓN"

"Las mentiras del Gobierno"

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    @JorgeGCastaneda

     

    Los gobiernos mienten, ahora y siempre. Algunos lo hacen con cierta prudencia, a través de omisiones, exageraciones y medias verdades. Los presidentes solían dejarle la tarea de mentir a sus subordinados, porque los primeros no son sustituibles. Una mentira de un jefe de Estado o de gobierno descubierta provoca una crisis política mayúscula; si se trata de un ministro o portavoz, simplemente se va.

    Esto cambió con la llegada a la Presidencia de gente como Trump, López Obrador, Bolsonaro, Duterte y varios más. La cantidad de mentiras de Trump ha sido contabilizada y divulgada por The Washington Post; la de López Obrador por estudiosos como Luis Estrada. En el caso de México, sin embargo, se podría pensar que al igual que los tuits de Trump, las mañaneras de AMLO son pasatiempos o divertimentos; no se deben tomar muy en serio. Hay algo de razón en esto. Pero hay también un peligro. El gobierno de López Obrador miente, en asuntos sin mayor importancia, como el que reseñaré a continuación, y en otros de enorme trascendencia, como el de la vacuna. Ya no son juegos u ocurrencias de la mañanera. Son cosa seria.

    Desde la visita del Secretario de Estado Pompeo a México en el verano de 2018, cuando se reunió con López Obrador, y en múltiples ocasiones a partir de entonces, el equipo de López Obrador ha afirmado que pensaba enfocar la crisis migratoria del Triángulo del Norte, México y Estados Unidos mediante medidas coercitivas, pero también con programas de apoyo, inversión y desarrollo en Honduras, El Salvador y Guatemala. Insistió repetidamente que Washington estaba de acuerdo, y que no solo contribuiría a este esfuerzo, sino que lo haría en montos muy superiores a los de México.

    Primera mentira: Trump nunca accedió a aportar un solo centavo para Centroamérica, y hoy a 40 días de su partida, no lo ha hecho ni lo hará. Cuando mucho, se anunció sin fundamento, que Estados Unidos, vía la ex OPIC (ahora Development Finance Corporation) garantizaría inversiones por un supuesto total de casi 5 mil millones de dólares. Huelga decir que nada de eso sucedió.

    Pero el equipo de López Obrador insistió que en todo caso, México pondría su parte: 30 millones de dólares, en una primera entrega, para los tres países. Altos funcionarios mexicanos viajaron a El Salvador y a Honduras para participar en ceremonias de entrega de los recursos; hasta plantaron arbolitos con los presidentes de dichos países. Ahora resulta, según nota de Reforma publicada el 28 de noviembre, que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, que “los 62 millones de dólares que fueron comprometidos por el Gobierno de México a Honduras y El Salvador no fueron ejercidos durante el año pasado”. Los recursos fueron trasladados al Banco de Bienestar, y allí se quedaron. Obvio no se los robaron (en este sexenio eso no ocurre); simplemente los guardaron. Todo el proyecto para Centroamérica, tanto de Trump como de López Obrador, fue una simple y gran mentira.

    Ahora la vacuna. Primero, como lo ha repetido varias veces el Presidente, “en mi viaje a Washington hice ese planteamiento al gobierno de EU... a Trump... y ellos ayudaron, facilitaron para que México fuese tomado en cuenta y contara con la vacuna. Por eso el acuerdo ayer (4 de diciembre) con Pfizer es importante”. O sea, gracias a la buena relación de AMLO con Trump, México tendrá más vacunas y antes que nadie, o casi nadie (por lo pronto Inglaterra ya nos ganó, justamente con Pfizer).

    Solo que ayer el mismo Trump firmó una orden ejecutiva estableciendo que la prioridad para los productores norteamericanos (incluyendo desde luego a Pfizer y Moderna) será entregar vacunas primero en Estados Unidos, hasta que todos estén vacunados. Como siempre con Trump (y con AMLO), está por verse si la instrucción es legal, si puede imponer su aplicación a empresas privadas, o si excluye a México como regalo de despedida a su amigo.

    En segundo lugar, tanto AMLO como López Gatell han presumido 250 mil vacunas de Pfizer para diciembre. De nuevo: ¿podrán mandarse? Luego, ¿son 250 mil vacunas de doble dosis, es decir dos vacunas para 125 mil personas, o 250 mil dosis de dos vacunas para 250 mil personas? Más aún: Pfizer anunció el 4 de diciembre que solo podría surtir la mitad de los compromisos asumidos, ya que se habían retrasado las entregas de materias primas en la cadena de suministros. Las 250 mil vacunas o dosis anunciadas por el gobierno de México para diciembre ¿son antes de la reducción a la mitad, o después? ¿Llegarán 250 mil, o 125 mil?

    ¿Importan estas minucias? Por supuesto. En el peor de los casos, se podrán vacunar, con dosis completa, a 62 mil mexicanos: mejor que nada, pero apenas más que un universo de prueba. En el mejor de los casos, alcanzará para 250 mil mexicanos plenamente vacunados, si Trump permite la exportación, o si Pfizer se atreve a desafiarlo. Otra vez, las mentiras de este gobierno: ni tendremos vacunas en diciembre que impacten, ni seremos los primeros, ni tendremos un trato preferencial. Solo que aquí se encuentran en juego vidas, no dólares: el costo de las mentiras.