Nuestras sociedades son amenazadas constantemente con las mentiras, mentiras que responden principalmente a los poderes, políticos y económicos, y mientras sigamos apáticos con la búsqueda de la verdad, seremos más y más víctimas de las mentiras, de la manipulación y con ello, de la separación de nuestras comunidades.

    Una experiencia de este pasado fin de semana trajo a mí la necesidad de escribir sobre periodismo, tal vez he escrito algunas columnas alrededor de la necesidad del buen periodismo en las sociedades democráticas, la necesidad del buen periodismo en nuestra sociedad, pero decidí que más allá de hacerla de dos partes, dedicaría este artículo en particular a la verdad.

    Leí y realicé con atención el Taller y Consultorio de Ética Periodística, del periodista y escritor colombiano, Javier Darío Restrepo, en mí resonaron una de sus líneas dónde decía: Para el médico lo primero será el valor de la vida, para el abogado el máximo de los valores es la justicia y para el periodista es su compromiso con la verdad.

    Pero ¿qué es la verdad?, la verdad en casi todos nuestros diccionarios aparece como la concordancia entre lo que se dice, se piensa y se cree, en lo real, es decir; aquello de lo que no se puede dudar. Y hasta ahí parecería que a simple vista queda claro, aunque lo cierto es, que la verdad ha resultado en la práctica, mucho más compleja que eso.

    La verdad, ha sido el objeto de estudio por siglos de filósofos, lingüistas, matemáticos, y científicos.

    Para simplificarlo un poco, mas o menos coinciden en que la verdad consta de objetividad, correspondencia con los hechos reales, coherencia interna, consistencia, verificabilidad y la universalidad.

    Objetividad. La verdad se considera objetiva cuando es independiente de las creencias, opiniones y/o sentimientos personales. Esto de la objetivación de la verdad ha sido fundamental para el método científico donde sus resultados son lo más cercano que tenemos en el terreno de lo real, a una verdad objetiva. Esta objetividad está sujeta a algunas de las siguientes características que mencionaré a continuación.

    Correspondencia con los hechos reales. La verdad se verifica al estar en concordancia con la realidad objetiva y los hechos comprobables. Una declaración verdadera debe coincidir con lo que sucede en el mundo real. Y aquí me gustaría hacer una anotación nuevamente de Restrepo - La verdad del periodista debe ser completa. No responde solamente a lo que sucede. También debe explorar el por qué, el para qué, el dónde, el quién, el cómo de los hechos -. Y esta adición que hace con la claridad que lo caracterizaba me parece fundamental.

    Coherencia interna. Debe ser coherente en sí misma, es decir, no debe contener contradicciones lógicas. Las diferentes partes de una verdad deben encajar de manera lógica y consistente.

    Consistencia. Debe mantenerse constante y no cambiar con el tiempo o en diferentes situaciones. Debe ser fiable y aplicable en distintos contextos.

    Verificabilidad. La verdad debe poder ser comprobada y corroborada mediante evidencias empíricas, observaciones, experimentos u otros métodos de verificación. Y una nota, estas verificaciones deben estar disponibles para cualquiera que quiera llevarlos a cabo.

    Universalidad. Esta suele ser considerada universal en el sentido de que es válida para todas las personas en cualquier lugar y momento, independientemente de su perspectiva o creencias individuales.

    Sabiendo lo que sabemos, ¿por qué parece que la verdad se nos esfuma? ¿Por qué es tan difícil acceder a ella? ¿Por qué nos hemos negado como humanidad el acceso a ella? No hay respuestas simples, ni tampoco artículos de dos minutos de lectura para contestarlas, lo que es cierto, lo que es verdadero, es que la verdad no debería ser el valor más alto del periodista, debería ser el valor más alto del ciudadano. Nuestras sociedades son amenazadas constantemente con las mentiras, mentiras que responden principalmente a los poderes, políticos y económicos, y mientras sigamos apáticos con la búsqueda de la verdad, seremos más y más víctimas de las mentiras, de la manipulación y con ello, de la separación de nuestras comunidades.

    Profundamente creo en la verdad como valor unificador, aun cuando esta no nos convenga o nos satisfaga, en el largo plazo, solo por el sendero de la verdad prosperaremos como humanidad.

    Gracias por leer hasta aquí. Nos leemos pronto.

    Es cuánto.

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    @isaacarangureconacentoenlae