La Unipol, más allá de formar policías
Violencia, desde el enfoque científico

OBSERVATORIO
30/01/2025 04:02
    A reserva de que se tenga la rigurosa indagación académica aún pendiente, lanzan la hipótesis de que en Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, ciudades azotadas por la violencia y criminalidad, un factor de inseguridad sea que el alumbrado público se ve afectado por acciones delictivas de la misma población.

    Como planteamiento fincado en la inteligencia, investigación y argumentación académica, el Centro de Estudios de la Criminalidad y de la Violencia, de la Universidad de la Policía del Estado de Sinaloa, aporta a la comprensión y atención del fenómeno de la inseguridad desde la interpretación científica como elemento de toma de mejores decisiones para la protección de los ciudadanos. Podría significar, si Gobierno y sociedad así lo quieren, la señal de que entre más oscura sea la noche de barbarie, es al final de cuentas el aviso de que está cerca la luz del alba.

    La Revista de la Unipol, un fruto en franca maduración al publicarse el número 4, abate además la idea de que este centro de estudios es un rígido claustro que enseña tácticas duras para enfrentar a los perpetradores de delitos. Al contrario, imbuyendo el conocimiento y el respeto a leyes y derechos humanos propone que el uso de la fuerza pública constituya la última posibilidad para hacer valer el Estado de derecho.

    Pero Óscar Fidel Mendívil González, el actual Rector de la Unipol, ha decidido marcar la diferencia entre la Academia de Policía que era antes, y la Universidad de la Policía del Estado de Sinaloa implementada en el Gobierno que preside Rubén Rocha Moya. Por si a alguien le pareciera poca cosa, que voltee a su alrededor a percatarse de la relevancia que adquiere el hecho de contar con agentes de la seguridad pública profesionales y capaces, muy distantes del viejo esquema policial de “dispara, luego averiguas”.

    Bajo la dirección de Jaime Palacios Barreda y la coordinación de Miguel Ángel López Ibarra, la Revista Unipol conjunta a varios expertos en el análisis y deconstrucción del problema en la búsqueda de prevención y disminución de las conductas antisociales generadoras de violencia. Y se hace la acotación pertinente de que “la Unipol enfrentará no sólo la tarea de desarrollar un nuevo sistema educativo encaminado a fortalecer la dignidad de la Policía mejorando los resultados de la labor policial e incrementando la confianza en las instituciones de seguridad pública, sino también la de realizar las investigaciones pertinentes tendientes a modificar los vectores indicativos de la criminalidad y la violencia”.

    Los artículos publicados en la edición 4 son de lectura obligada para calibrar los ánimos y las expectativas en el contexto que nos preocupa y ocupa como sociedad. En el artículo “Reclutamiento y crimen organizado, una lectura desde Sinaloa”, el Rector González sustenta con las tesis de estudiosos del tema que a pesar de las capturas de los capos, el asesinato, desaparición o arresto de sus miembros, e incluso de los conflictos internos, la organización perdura. Y que influir en los procedimientos de reclutamiento criminal permite reducir el ingreso de personas, hombres por lo general, a las redes delincuenciales. “Lo anterior implica que la acción gubernamental, así como de la sociedad civil, puede producir como efecto la disminución de elementos captados”.

    Jaime Palacios y Gerardo Avendaño revisan lo relacionado al alumbrado público urbano como un servicio cuya función va más allá de lo ornamental y debe ser considerado en materia de seguridad debido a que hallazgos de investigaciones demuestran que calles con iluminación artificial de calidad mejoran la sensación de seguridad de los ciudadanos. A reserva de que se tenga la rigurosa indagación académica aún pendiente, lanzan la hipótesis de que en Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, ciudades azotadas por la violencia y criminalidad, un factor de inseguridad sea que el alumbrado público se ve afectado por acciones delictivas de la misma población.

    Ante la imposibilidad de resumir aquí todos los trabajos de investigación, pretexto tal vez para motivar a la lectura completa de tales aportes académicos de la Unipol, vale resaltar el de las autorías de Sonia Escalante López y Esmeralda Martínez Lara en lo concerniente a la Policía de Proximidad cuya función es el acercamiento con los ciudadanos e inspirarles confianza a éstos, y atención y protección a víctimas de delitos. “Realiza un rol relevante en el acercamiento y la participación de la sociedad; en la medida que las personas confíen en las fuerzas de seguridad tendrán una mayor colaboración ciudadana que será de relevancia para la prevención del delito”, consideran.

    En síntesis, a las universidades se les conoce por los frutos que dan. A la Unipol debemos también desentrañarla en la contribución a la investigación de las sendas hacia la paz que tantos años llevamos sin transitar por ellas. Más que una máquina que produce en serie a mujeres y hombres que previenen y combaten el delito, se trata de la institución cuya alma y razón de ser tiene que ver con arribar a un Sinaloa donde la salvaguarda de vidas y bienes, con policías responsables y humanistas, lo lleven firme y seguro hacia el desarrollo.

    Reverso

    Desempeñan mejor su rol,

    Con la toga y el birrete,

    Después de que la Unipol,

    Les ha quitado el tolete.

    Pacto por Culiacán

    La reflexión que hizo el martes al instalar el Consejo de Planeación para el Desarrollo Municipal es una de las más acertadas que los ciudadanos le han escuchado al Alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil, al decirles que “si no aprovechamos este momento difícil en el que estamos para unirnos todos los sectores, sociales, académicos, empresariales, políticos, y servidores públicos para hacer un esfuerzo, una alianza, por Culiacán y por la gente de Culiacán, pues entonces cuándo”. Este es el papel que debe jugar el Gobierno de Culiacán en la construcción de paz: ser facilitador del desarrollo para acelerar la reactivación económica luego de los daños causados por la violencia.