La última Navidad de AMLO en Palacio Nacional

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    Ya no es ninguna noticia decir que la estrategia de seguridad de López Obrador ha sido un rotundo fracaso, pero es más grave decir que esa derrota obradorista es consecuencia de un Estado que durante varios sexenios no ha podido parar la creciente acumulación de capital criminal.

    Esta será la última Navidad de AMLO como inquilino de Palacio Nacional pero probablemente la 4T seguirá en el poder. Al menos así lo indican las encuestas al cierre del año, a pesar de las enormes cifras negras de las muertes violentas, y de otros indicadores negativos.

    Las estadísticas oficiales nos muestran que el mercurio de la violencia criminal sigue aumentando. El capital criminal se sigue reproduciendo a escala ampliada. Su acumulación no para por lo menos desde el primer año del gobierno de Felipe Calderón. Podríamos decir que la violencia del crimen organizado es proporcional al aumento del capital criminal, incluyendo el capital político. Prácticamente no hay estado donde de manera solapada o descarada presente candidatos a puestos de elección popular, sin despreciar a partido político alguno. Lo único importante para ellos es la posibilidad de acceso al poder.

    Ya no es ninguna noticia decir que la estrategia de seguridad de López Obrador ha sido un rotundo fracaso, pero es más grave decir que esa derrota obradorista es consecuencia de un Estado que durante varios sexenios no ha podido parar la creciente acumulación de capital criminal. Mientras la industria del crimen, encabezada por el narcotráfico de alcances transnacionales, siga expandiéndose, no habrá estrategia y gobierno que la pueda detener. Es decir, la incapacidad de AMLO ante el crimen organizado, antes que una falencia policial y/o militar es la de una sociedad política -Estado, gobiernos y partidos políticos- que por décadas ha permitido, aun con contradicciones, la reproducción ampliada del capital criminal. Si los criminales, hace dos o tres décadas, llegaban a arreglos desde afuera con la clase política, ahora lo hacen cada vez más desde dentro. Antes actuaban por fuera de los partidos y el Estado ahora lo hacen desde su interior, lo que demuestra su aumento de poder.

    El rotundo marcador adverso del macuspeño en el combate al crimen es uno de sus varios déficits, incluyendo la salud, la educación y el medio ambiente, entre otros; sin embargo, para entender la popularidad de la que goza y hace extensiva a Morena, y a Claudia Sheimbaum, habrá que entender cuáles son los valores societarios a los que les da más importancia el grueso de la población mexicana. Las encuestas nos dicen que López Obrador los conoce y entiende mejor que sus oponentes.

    Un indicador que nos ayuda a entender tanto las políticas sociales de AMLO como las necesidades y creencias sociales de las mayorías mexicanas, las cuales han vivido en la escasez por siglos, es que, al igual que el grueso de los países latinoamericanos, en este territorio del águila y la serpiente se valora -según Latinbarómetro, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y otras instituciones- más la justicia social que la democracia política, entendiendo aquella como una vida con salarios, seguridad laboral y bienes materiales para llevar una vida digna. Si cree en la democracia, la entiende como justicia social, dándole menos importancia a la competencia electoral y al equilibrio de poderes. O valora la democracia electoral siempre y cuando le permita mayores niveles de bienestar económico y social.

    Lo anterior probablemente nos ayude a entender, a pesar de que sus oponentes políticos, intelectuales, empresariales y políticos se jalen los pelos, por qué AMLO sostiene la popularidad de la 4T por arriba del 50 por ciento, y porque Claudia se ve en las encuestas muy arriba de Xóchitl.

    Mientras los programas sociales y el discurso cuatroteísta siga llegando a manos y oídos de millones de personas que, salvo breves periodos, fueron excluidas o poco beneficiadas de los recursos públicos y de las políticas gubernamentales, por más que fallen en otros terrenos, las mayorías votantes seguirán apoyando a Morena y sus candidatos.

    Para muina de los oponentes y beneplácito de la 4T, 2023 cierra con un buen crecimiento económico. En noviembre tuvo una tasa anual de crecimiento de 4.2 por ciento; en el último trimestre de 4.0, y en el año de 3.6. Lo más probable es que 2024 muestre indicadores similares. Siendo así las cosas el políticamente beneficiado es Morena.

    La oposición pareciera desear una todavía mayor violencia en el País para que la 4T aumente sus negativos electorales. Así parece cuando leemos a columnistas como Jorge Castañeda que llaman a aprovechar ese lamentable hecho para hacer campaña contra Morena porque no ve otro contexto para que la ingeniera Gálvez avance.

    Probablemente en otro país y en otro contexto histórico, cualquier otro partido en el poder perdería las elecciones por una violencia de las dimensiones que se padecen en México, pero eso no se ve viable en nuestro suelo, por lo menos para 2024. Aquí la distribución de la riqueza, la discriminación y la exclusión social han sido tan grandes que los programas sociales y la narrativa cuatroteísta, a pesar de todo, se sostienen entre las mayorías.

    Posdata

    Diciembre, a lo largo de mi vida, ha sido, desde que tengo uso de razón, mi mes preferido. El nacimiento y el pinito navideños que mis padres colocaban en la sala de nuestro hogar, así como la fotografía con Santa Clos y los regalos de los Santos Reyes el 6 de enero, son recuerdos imborrables. Seguramente para ustedes estas fechas son de las más gozosas, aunque no dejan de ser melancólicas. Así que, dando pausa a las diferencias que podamos tener, y en honor de nuestros seres más queridos, les deseo una fraternal y alegre Navidad.