La securitización de Trump y los escenarios para la población migrante

ENTRE COLUMNAS
27/01/2025 04:02
    Ante las desigualdades estructurales tan grandes entre las regiones de origen y destino, la historia nos muestra que la migración hacia Estados Unidos no se detendrá, aun con todas estas medidas extremas de securitización. En el contexto que se presenta actualmente, lo que se espera es que los beneficiados serán los ambiciosos delincuentes que trafican con personas que elevarán sus cuotas.

    El concepto de securitización es relativamente nuevo en los estudios de frontera (surge en los años 90 del Siglo 20 en Europa) y este hace referencia al discurso que define a los migrantes como sujetos que representan un peligro para la seguridad nacional de un país. Esto implica y justifica el despliegue de instituciones y prácticas extremas para controlar el potencial peligro para la nación.

    Las órdenes ejecutivas que decretó el Presidente de Estados Unidos, desde el primer minuto de su administración el pasado 20 de enero, se encuadran perfectamente con este concepto, pues proponen llevar al extremo medidas que buscan contener y expulsar a la población migrante irregular.

    Las medidas que más podrían afectar a la población latina son, por ejemplo, 1. La cancelación de solicitudes de asilo mediante la aplicación CBP One; 2. El reinicio del programa “Quédate en México”; 3. La eliminación de la ciudadanía por nacimiento; 4. La persecución masiva de indocumentados en lugares de trabajo, escuelas y hospitales y, 5. La militarización de la frontera con mil 500 más elementos.

    Mucho se ha especulado sobre qué pasará con los millones de migrantes mexicanos indocumentados que actualmente residen en aquel país, o con los miles de otros países que actualmente se encuentran “atrapados” en México.

    En primer lugar, la comunidad migrante en aquel lado de la frontera tendrá que dar la lucha legal en tribunales, y revertir algunas de estas medidas, como ya está ocurriendo, pues un juez federal ha suspendido temporalmente el decreto que elimina la ciudadanía por nacimiento, por considerarla inconstitucional.

    En segundo lugar, se prevé una migración interna, redirigida desde los estados con políticas agresivas contra los migrantes (como Texas, Arizona, Alabama o Georgia) hacia los estados y ciudades santuario (como California, Chicago, Florida, Nueva York o Nueva Jersey). Algunas ciudades de estos estados no cooperan dando información a las autoridades federales, en los centros de trabajo, de salud y educación. Esta movilidad interna ha ocurrido ya en años anteriores, como cuando se aplicó la ley SB 1070 en Arizona.

    Ahora bien, las deportaciones de mexicanos son inminentes, nada cambia con respecto a otras administraciones demócratas, lo único que ha cambiado es el discurso político abierto de securitización. Y puesto que la población de origen mexicana es la más grande cuantitativamente, será la más afectada en esa persecución. Además de que la deportación de personas de otras nacionalidades es más costosa, por tener que realizarse vía aérea.

    Ante el retorno obligado de mexicanos, de primera o de segunda generación, se tiene que tener, en este lado de la frontera, un plan completo de integración económica, social e institucional. Por ejemplo, muchos regresan con alguna enfermedad física y/o psicológica y tendrán que ser atendidos en los centros de salud mexicanos. O algunas veces los hijos no hablan español y, por lo tanto, no logran integrarse académicamente en los centros educativos, lo que les causa una profunda depresión.

    El panorama para los migrantes de otros países que se encuentran actualmente en territorio mexicano es aún más desolador. Ante la imposibilidad de ingresar legalmente a Estados Unidos por la vía del asilo internacional, solo tienen tres opciones:1. Regresar voluntariamente a sus países de origen, posibilidad que para la mayoría se descarta; 2. Quedarse aquí a buscar el “sueño mexicano”; y 3. Tratar de llegar al norte de manera irregular.

    Ante las desigualdades estructurales tan grandes entre las regiones de origen y destino, la historia nos muestra que la migración hacia Estados Unidos no se detendrá, aun con todas estas medidas extremas de securitización. En el contexto que se presenta actualmente, lo que se espera es que los beneficiados serán los ambiciosos delincuentes que trafican con personas que elevarán sus cuotas.

    Otros, los más vulnerables, buscarán nuevas y más peligrosas rutas para llegar a su destino deseado. Así como han muerto miles de migrantes africanos al tratar de llegar en embarcaciones improvisadas a una Europa securitizada, también se elevará el número de muertes en el desierto que separa a Estados Unidos de México. Así, los más de 500 fallecimientos que documentó la patrulla fronteriza durante el año 2024 a lo largo de la frontera seguramente se elevará aún más en la actual administración.

    Es cuanto....