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"Detrás de página"

"La reputación de los periodistas y el caso Emmett Soto"

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    Noroeste explicado

     

    Mucho, muchísimo, hemos insistido en el concepto de credibilidad como el más básico e importante para un medio de comunicación.

    Que el lector nos crea no sólo es la savia que nos hace fuertes, sino que es aún más, es el oxígeno con el cual respiramos. Así de importante es para nosotros, como medio independiente, la credibilidad. Sin lectores que nos crean y confíen en nosotros, no seríamos nada.

    Afortunadamente los tenemos, lectores y suscriptores del ejemplar impreso y de la edición digital que nos siguen, que son fieles y leales, porque detrás de nuestra relación está el otro concepto clave que hoy queremos abordar: confianza.

    Es decir, tenemos credibilidad como medio porque tenemos lectores que confían en nosotros.
    Pero ¿en qué se basa nuestra credibilidad?, ¿quién la edifica todos los días?, ¿quiénes son los responsables de que los lectores sigan creyendo y confiando en Noroeste?

    La respuesta es: LOS PERIODISTAS. Reporteros y editores que todos los días cumplen no sólo una serie de actividades, sino una serie de funciones y asignaciones que hacen real minuto a minuto la edición digital y día tras día la edición impresa.

    ¿Pero qué sostiene a los periodistas para que puedan crear contenidos diariamente en los que el lector crea y confíe? Aquí va el tercer concepto que hoy queremos mencionar: reputación.
    Así como la credibilidad sostiene a un medio de comunicación independiente como Noroeste, la reputación es la que sustenta la credibilidad e imagen de nuestros periodistas.

    Y abordamos estos conceptos porque no queremos dejar pasar los hechos suscitados hace días en redes sociales de Escuinapa, no sólo contra nuestra reportera de esa región, sino contra varios compañeros periodistas de otros medios.

    Ya lo hemos mencionado muchas veces, estamos acostumbrados a que nos ataquen aquellos que se ven afectados en sus intereses por nuestras publicaciones, y ya hemos padecido en muchas ocasiones esta nueva modalidad de ataque, que se realiza principalmente por grupos políticos, quienes a través de las redes sociales buscan afectar precisamente la reputación de los periodistas.

    En este caso específico todo se ha debido a dos notas en concreto, las cuales derivaron en otras más del tema. La primera fue la del Alcalde de Escuinapa, el morenista Emmett Soto Grave, quien fue de los primeros en vacunarse contra el Covid-19 en cuanto llegaron las vacunas a su municipio, despertando la inconformidad de trabajadores del Hospital General, quienes cuestionaron que aunque es médico, el Presidente Municipal no está en la primera línea de atención a enfermos de coronavirus.

    El tema despertó indignación y Noroeste publicó notas que lo reflejaron.

    Pero eso no fue todo, días después, el Alcalde y su esposa celebraron una fiesta, con invitados, por su cumpleaños, lo cual también se publicó una vez que se confirmó que era un festejo de la pareja.

    Lo anterior despertó el enojo del Presidente Municipal, quien en un programa de radio que tiene en una estación local de Escuinapa, nos acusó a los periodistas de recibir dinero.
    Y más tarde se desencadenó una campaña de denostación en redes sociales no sólo contra la reportera de Noroeste, sino también contra los periodistas de otros medios que también abordaron los temas.

    En lo que es un aparente estilo impuesto por los gobernantes de Morena, buscan descalificar a los periodistas para afectarlos en su reputación, por supuesto sin argumentos y sin aportar elementos que prueben las acusaciones.

    Ya anteriormente el Alcalde de Escuinapa había señalado a la reportera de Noroeste en su programa de radio, refiriéndose a ella de manera despectiva al precisar que era mejor que se quedara como ama de casa y no como periodista.

    Y por supuesto no sólo en Escuinapa hacen uso de esta arma los políticos, pues en Mazatlán el Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres usa sus redes sociales y sus discursos en las colonias para acusar a los medios de comunicación de recibir dinero a cambio de sus notas, y constantemente califica de “fake news” las noticias en las que se le cuestiona su actuar.

    No son los únicos ni serán los últimos que busquen como defensa el ataque a los periodistas, intentando con la descalificación pública justificar sus acciones cuestionadas. Pero no solo eso, sino que hacen que sus seguidores en redes sociales se sumen al linchamiento público de los periodistas, incluso metiéndose con la vida privada de los reporteros.

    Generar un clima hostil contra los periodistas críticos se hace a nivel local y a nivel nacional, buscando dañar lo más preciado que tiene un periodista, que es su reputación, e intentando dañar el baluarte de un medio independiente, que es la credibilidad.

    Organismos internacionales y la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos han señalado la urgencia de evitar cualquier tipo de discurso amenazante por parte de servidores públicos contra periodistas, y alertan de lo preocupantes que es que se utilicen las descalificaciones, estigmatizaciones o insultos hacia comunicadores y medios, sobre todo en circunstancias como las que enfrentamos desde hace años, de alta incidencia de violencia contra quienes ejercen el periodismo en el País.

    "El servicio público debe verse como vocación y nunca como plataforma u oportunidad para denostar o descalificar a la prensa que no coincide con una postura, ideología o decisión de Gobierno", ha sido la recomendación, por ejemplo, de la CNDH.

    Sí, en Noroeste tenemos "callo" en recibir ataques, estamos conscientes a lo que nos exponemos al ser un medio crítico, pero no dejaremos de hacer lo que nos toca para exigir mejores gobiernos, y mucho menos dejaremos de denunciar las agresiones de que somos objeto. Va de por medio nuestra credibilidad, la reputación de nuestros periodistas y la confianza de nuestros lectores.