En el contexto biológico, “raza” se refiere a los grupos en que se subdividen algunas especies sobre la base de rasgos fenotípicos (apariencia), a partir de una serie de características que se transmiten por herencia genética.
Coloquialmente, la raza es un concepto utilizado para nombrar a las personas de un grupo de acuerdo a diversos factores, tales como los antecedentes ancestrales y su identidad social.
En el imaginario colectivo, un “güero” es alguien de cabello rubio y ojos de color claro. Entonces, ¿por qué me dicen güero cuando voy a CDMX? (soy mitad japonés).
El concepto de “blanco” salió de la imaginación de Johann Blumenbach, quien propuso en 1781 la denominación “raza caucásica” para la población europea, y desarrolló la conjetura según la cual la gente de piel clara tiene origen en las tierras frías de las montañas del Cáucaso.
Algunos mercaderes de la capital del país han de creer que, por decirme güero, me sentiré mejor conmigo mismo, y subsecuentemente estaré más susceptible a comprarles una orden de garnachas.
“La raza” es un concepto histórico que define a todas las comunidades hispanas. Un término asociado al 12 de octubre (cuando Cristóbal Colón se pierde con una banda de forajidos y llega a América, creyendo que es la India).
México está definido por la raza, es decir, el mestizaje. Somos una sociedad extraordinariamente heterogénea, con un gran acervo cultural y genético. Este gran repertorio lo obtuvimos gracias a la argamasa de los conquistadores con los distintos pueblos nativos de América. Asimismo, estos conquistadores alguna vez se mezclaron con muchas otras culturas antes de llegar a América.
Utilizar la raza para categorizar grupos de personas es fundamentalmente incorrecto y problemático.
Todos los estudios de diversidad genética han demostrado que nadie es “puro” genéticamente (curiosamente, los más puros son los pueblos nativos de México. Ref: Romero-Hidalgo el al., Nature 2017). Por ende, si nadie es puro genéticamente, la idea de una “raza” resulta absurda, más aún una “raza pura”.
Curiosamente, es todo lo contrario. Está demostrado que entre mayor sea tu repertorio genético (tener mayor diversidad de genes), más herramientas tendrás para combatir patógenos, desarrollar menos enfermedades, y adaptarte a tu entorno. “Entre más corriente, más herramientas para sobrevivir el ambiente”.
Un buen ejemplo son los “perros amarillos” (mestizos), viven más y tienen menos enfermedades que los perros de raza pura.
La raza, al igual que el género, nacionalidad, y religión, son distorsiones cognitivas que promueven el pensamiento dicotómico; en otras palabras, solo sirven para generar división y conflicto.
Debemos encontrar una manera constructiva de abordar los temas relacionados con la diversidad humana. México posee una gran variedad de personas, culturas, e ideas. Aunque seamos diferentes, todos somos lo mismo.