Los sinaloenses y el resto de los paisanos, en mayor o menor medida estamos convertidos en potenciales blancos de una extensa plaga de hembras de mosquitos Aedes Aegypti, que han desatado por todo el País un preocupante brote de dengue que, ante la pasividad de las instituciones de salud pública, puede agarrar el grado de epidemia.

    Finalmente los estadounidenses, de manera mayoritaria, tal y como corresponde a un sistema democrático, decidieron por Donald Trump para que vuelva a ocupar la Presidencia de su país, un personaje que se pelea hasta con su sombra y al que le causan más que asquito, los migrantes latinos, a los cuales, califica como criminales que están invadiendo a la nación simbolizada por las barras y las estrellas.

    Puede ser muy cuestionable la decisión tomada por la ciudadanía del otro lado de nuestra frontera norte, y más cuando el vencedor es un político que lleva sobre sus espaldas varias sentencias penales firmes, pero se respeta, y por ahora, a nosotros como nación no nos queda de otra más que prepararnos para hacerle frente a tan desfavorable circunstancia.

    Y hablando de malos ratos, les cuento que además de las balaceras que se están viviendo en nuestro Sinaloa, las que en el momento y lugar menos pensado nos pueden convertir en víctimas colaterales, los sinaloenses y el resto de los paisanos, en mayor o menor medida estamos convertidos en potenciales blancos de una extensa plaga de hembras de mosquitos Aedes Aegypti, que han desatado por todo el País un preocupante brote de dengue que, ante la pasividad de las instituciones de salud pública, puede agarrar el grado de epidemia. Estas hembras voladoras, además de causar dengue, también pueden provocar en sus víctimas el zika, fiebre amarilla o chikungunya; como quien dice, son un ejército alado de hembras de cuidado.

    Los mosquitos Aedes Aegypti son fácilmente identificables ya que, en su cuerpo y patas, tienen unas rayas blancas y se desarrollan en estancamientos de agua o en recipientes que la contengan.

    Según los especialistas las Aedes Aegypti, atacan a los humanos durante las primeras horas soleadas del día, vamos a decir, desde el amanecer hasta media mañana y en las últimas horas de luz por la tarde. La picadura de estos insectos no deja huella ni molestias en la piel del afectado y el contagio inoculado se manifiesta tres o cuatro días después del perjudicial pinchazo.

    Según las siempre cuestionables cifras de la Secretaría de Salud, hasta el mes de octubre pasado, se registraron poco más de 94 mil casos de dengue en todo el País (número en el cual me incluyo) contra 40 mil que se suscitaron el año anterior. Dentro de esa numeralia, al décimo mes del presente año, se dieron 228 defunciones contra 88 víctimas fatales sucedidas al cierre del año pasado.

    En el caso de Sinaloa, al mes de octubre pasado se tenían cerca de 2 mil 800 casos confirmados contra apenas 251 en el 2023. Este año, se da cuenta de siete víctimas fatales contra tres en el año 2013.

    Las diferencias de las comparativas comprueban la percepción que tenemos los mazatlecos de que la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud no está haciendo su trabajo para abatir este problema de salud pública. Por lo menos en el puerto, ya no vemos en las calles el paso frecuente de vehículos esparciendo fumigante en contra del mosquito ni el reparto de abate casa por casa.

    La Presidenta asegura que la economía nacional está fuerte, que no debemos asustarnos ante circunstancias como la de Trump, pero ante crudas realidades como la andancia del dengue y las penurias del sistema de salud pública, de nada nos sirve tal afirmación, la cual, en el fondo, revela que seguimos siendo un país con gobierno rico y pueblo pobre ¡Buen día!