La persecución contra Dignora Valdez. Defenderla a ella para cuidarlas a todas
Si no es con su anuencia ni signifique que el estilo de Billy Chapman continúa tatuado en las paredes de Palacio Municipal, el Alcalde Gerardo Vargas Landeros debe corregir y eliminar de una vez por todas la persecución que desde la Policía de Ahome se realiza contra la agente y activista Dignora Valdez López y demás mujeres que integran la corporación. La reparación del daño ha de contener la disposición esencial de nunca más otra agresión para prevenir que del ataque todavía reparable se pase a la acometida de consecuencias irremediables.
Dignora Valdez, que en su nombre lleva la virtud y tal vez hasta la penitencia, está convertida en factor incómodo para servidores públicos anquilosados en la mentalidad del subordinado sin libre albedrío, ese prototipo de Robocop programable según los antojos de los jefes, y también en el pensamiento misógino que ve en las mujeres una amenaza, siendo que son una fortaleza, en políticas públicas de cualquier ámbito de gobierno.
Preocupa que aquel modo esquizofrénico con el que Manuel Guillermo Chapman Moreno ejerció el cargo de Presidente Municipal se haya incorporado al manual mochiteco del poder. El 8 de marzo de 2019, al conmemorarse el Día Internacional de la Mujer, Dignora fue arrestada durante 36 horas por plantear que la equidad de género era solamente una simulación en la Policía de Ahome, manotazo de intolerancia que el gorila “Billy” se agenció para remarcarse de por vida la cualidad del rey de la jungla.
Sin embargo, aquel episodio de ultraje a la dignidad humana que parecía cerrado emergió el viernes reciente en razón del procedimiento nada claro que siguió la Comisión de ¿Honor? y Justicia de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Ahome contra Dignora Valdez porque, así ha sido explicado hasta ahora, “se refirió con groserías a por lo menos uno de los elementos de la corporación”.
Imaginemos entonces a los señores policías en el más alto nivel de urbanidad que de tan castos sus oídos sangran al escuchar majaderías. Y que tratan a los ahomenses con lenguaje tan puro que Miguel de Cervantes les hubiera envidiado el vocabulario para su obra cumbre Don Quijote de la Mancha. Pues no ocurre así en el estado de orden invertido donde los malhablados son castigados con severidad y los malandros consumados andan libres en las calles.
Entonces elucubremos un diálogo distópico en cualquier retén alcoholímetro de Los Mochis:
El policía: excelentísimo ciudadano, con mi abnegada obligación de hacer respetar el marco jurídico vigente y rogándole el raciocinio indispensable para apelar a su evidentemente alto intelecto, le informó que ha violentado el código consuetudinario que le impide apreciar en su educado paladar el exquisito sabor de la poción ambarina, y con todo y la pena que me embarga me deberá acompañar a nuestras incorruptibles moradas a las que van a terapia correccional nuestros hermanos que por pérdida momentánea de virtud dan inadecuado paradigmas a sus congéneres.
El borracho: Ah chingaos, no entendí nada. Háblame al chile, no ves que ando pedo...
El Policía: ¡Que se baje a la chingada de su carro porque anda hasta la madre de pistiado y se lo van a llevar a la barandilla sino se mocha a la sorda con 500 varos!
Es decir, ya en serio, el edén lingüístico existe en Sinaloa sólo para ocasiones especiales pero la jerga vulgar es parte de nuestra identidad y a veces una mentada de madre constituye la sublime declaración de amor. ¿Están castigando a Dignora por incurrir en actos de corrupción? ¿Abusó de la función policiaca al violentar los derechos humanos de terceros? ¿Salió huyendo cuando iban a interceptar a algún comando de civiles armados? ¿Le sirve de “puntero” a las células del narco? ¿Acaso se robó una manzana de algún supermercado? No señores. Se trata del “cuatro” que le están poniendo a la mujer policía muchas veces galardonada y reconocida por la dignidad con la que va por la vida.
Aquí se necesita de la intervención del Gobernador Rubén Rocha Moya y de la Secretaria de la Mujer, María Teresa Guerra Ochoa. Proteger a Dignora Valdez significa enviar una advertencia, tajante y con toda la fuerza del Estado, por si alguien quisiera elevar el golpe a situaciones insalvables. ¿Por qué todo el peso de una corporación contra ella y la ilimitada tolerancia e impunidad contra policías que sí delinquen?
Tal vez al publicarse estas líneas el Alcalde Gerardo Vargas ya retiró esa arbitraria decisión de baja en la Policía de Ahome, que se determinó contra Dignora Valdez. Ojalá que así haya sucedido, sin embargo, la medida aún sería insuficiente porque quienes deben abandonar la DSPyTM son los que cometieron la bajeza de querer deshacerse de ella por métodos a todas luces abominables. Y no se les vaya a ocurrir querer sacarla de la corporación mediante prácticas más violentas. Los estamos vigilando.
Los buenos modales de ahora,
Que les sirvan a la Policía,
Para derrotar la grosería,
De la destitución de Dignora.
A propósito de misoginia política, Sinaloa lleva décadas cerrándole a las mujeres la puerta del despacho principal de Palacio de Gobierno, pero ayer morenistas encabezados por Alfonso Ramírez Cuéllar empezaron en Culiacán la campaña anticipada de Claudia Sheinbaum, la actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México que aspira a ocupar el cargo que hoy desempeña Andrés Manuel López Obrador. Los hoy fervientes feministas son los del mismo partido que en 2021 se le atravesaron a la Senadora Imelda Castro para que no fuera la candidata de Morena a la titularidad del Ejecutivo Estatal.