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Una de las cosas que maravilla de Cuba es la forma en que los isleños se han inventado la vida en medio de la escasez que padecen por el bloqueo de EU. En esa situación, por ejemplo, siguen siendo referentes en educación, deporte y turismo. Una de las lecciones que han dado es que la austeridad los obligó a inventar nuevas formas de subsistir exitosamente. Algo similar está pasando en todo el Gobierno federal, las dependencias están buscando nuevas formas, herramientas y modelos para implementar sus objetivos y operaciones que cumplan con las promesas de cambio que se han ofrecido. En el caso de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), de entre las medidas innovadores que se han llevado a cabo, está la conformación de consejos de temas diplomáticos en los que intervienen distintas instancias, no sólo públicas, también privadas, de la sociedad civil y figuras destacadas. Entre las actividades y funciones de estos consejos se encuentran: generar estrategias comunes de políticas públicas; establecer redes de cooperación y promoción; y realizar proyectos específicos de acuerdo con cada materia. Lo anterior con el fin de articular estrategias que le den impulso a temas culturales, turísticos, económicos, deportivos y científicos, que de alguna manera suplan la falta de recursos y la desaparición de algunas dependencias y que, además, relancen ese tipo de diplomacias, conocidas como públicas.
La diplomacia pública se puede entender como aquella que no se realiza en las negociaciones o charlas privadas entre agentes estatales, sino como el intento de un gobierno por realizar una serie de gestiones mediante el comportamiento ante el público extranjero. En este sentido, la SRE ha buscado dar impulso a temas de diplomacia pública en los que México tiene fortaleza y en los que requieren mayor apuntalamiento institucional. Esta estrategia arrancó con el establecimiento del consejo de diplomacia cultural, acordado entre la SRE y la Secretaría de Cultura. Consta de 20 destacadas figuras del arte, la cultura y la intelectualidad, quienes están coordinados por Enrique Márquez. México cuenta con una sólida tradición de diplomacia cultural y es una de sus principales herramientas de influencia al exterior. Se espera que el consejo fortalezca aún más esta labor, la cual ya cuenta con proyectos como la creación de centros culturales y encuentros culturales fuera de México.
Ante la desaparición de ProMéxico y del Consejo de Promoción Turística de México se volvió imperioso redoblar esfuerzos para respaldar la política turística del Gobierno. En este marco, entre la SRE y la Secretaría de Turismo se creó el consejo de diplomacia turística, el cual está coordinado por Ignacio Cabrera Fernández y cuenta con los principales empresarios de dicho ramo como consejeros. En el seno del consejo se ha planteado el relanzamiento de la plataforma VisitMexico y está en proceso un programa de capacitación en materia de turismo para los diplomáticos mexicanos. Por otro lado, a fines de 2019, se creó el consejo técnico, académico y científico en la SRE, el cual tiene la desafiante tarea de aglutinar los esfuerzos nacionales en materia de ciencia, tecnología e innovación para con ello establecer vínculos exteriores en beneficio para el país. El consejo lo encabeza Javier López Casarín.
Asimismo, cancillería se alista para hacer una nueva apuesta en esta estrategia, establecer un proyecto de diplomacia deportiva, que quizá se convierta en la más vanguardista de las cuatro ya que no hay antecedentes en México en la articulación de una diplomacia planeada y organizada en este rubro y, por otro lado, debido a que el potencial social y económico del deporte puede rendir frutos significativos al aplicarse a la diplomacia. No obstante, nuestro país está llegando tarde a esta tarea, en la región latinoamericana Brasil y Colombia cuentan ya con políticas de diplomacia deportiva y, ni que decir de países como EU, Gran Bretaña, Francia y Australia. La visión del proyecto, liderado por la ex clavadista María José Alcalá, busca no sólo desarrollar los objetivos tradicionales de la diplomacia deportiva: mejorar la imagen del país al exterior por medio del deporte, así como las relaciones de México con países y regiones distantes, tanto geográfica como políticamente; también se pretende que sea un facilitador de la cooperación internacional para el desarrollo y colaborar con políticas públicas como la migratoria, así como en el desarrollo de los mexicanos en el exterior. El consejo que se forme alrededor de esta diplomacia tendrá que ser acordado con Conade y la integración del mismo puede estar plagada de diversos actores relevantes para el deporte.
La mayoría de estos consejos iniciaron funciones el año pasado, algunos ya cuentan con proyectos iniciales, pero la verdadera prueba serán las medidas que puedan implementar en 2020. Los miembros que los integran y las estructuras no burocráticas son elementos que podrían facilitar el éxito en estas apuestas diplomáticas. Este año se confirmará si la nueva diplomacia pública de la 4t será verdaderamente innovadora o se quedará simplemente en una serie de juntas llenas de retóricas y buenos deseos.