Desde 1527 comenzaron a enviarse expediciones de la Nueva España a las Islas del Poniente por el mar del sur, es decir, viajes de nuestras costas a las Filipinas atravesando todo el Océano Pacífico. Por más de 250 años se trazó una ruta comercial entre nuestro territorio y los lejanos países de Asia con la navegación de dos galeones llamados “La Nao de China”, barcos de gran calado para su época que atravesaban a vela el océano más grande, uniendo dos mundos que por siglos permanecieron ignotos el uno del otro.
El Carnaval de Mazatlán en su edición 2022 -planeado del 24 de febrero al 1 de marzo- pretende conmemorar esas aventuras, recrear los sueños y ambiciones de aquellos valientes marineros que se jugaban todo por dinero. El comercio y los negocios que ponían en riesgo la vida de cientos de tripulantes que decidían ir la mortal aventura con tal de ganarse lo suficiente hasta la siguiente temporada.
En 1609 un galeón mexicano que había zarpado de Filipinas rumbo a México quedó a la deriva después de un mal tiempo, 300 tripulantes mexicanos estuvieron a suerte de mar cerca de las costas de Japón. Los náufragos fueron rescatados de las heladas aguas por pescadores del pueblo de Onjuku en lo que ahora es la prefectura de Chiba.
Yoshikazu Sano, en su libro “Vida en México de 13 náufragos japoneses” afirma que tres años después del naufragio, los marineros mexicanos pudieron regresar a su tierra construyendo un par de barcos con ayuda de los habitantes de la comunidad que les dio asilo.
Los viajes de la Nao de China nunca estuvieron exentos de peligro y aventura, tal como el peligro y la aventura que supone la celebración de las fiestas carnestolendas de este año. La semana que concluye fue la de mayores contagios en México y Sinaloa, día a día los récords se superaban a sí mismos. Entre mil 300 y mil 500 casos diarios en nuestra entidad tan solo los registrados oficialmente en los días de las últimas dos semanas, cifras que deben multiplicarse al menos por 10 según los expertos.
¿En qué cabeza cabe mantener la esperanza de la celebración de un carnaval en la etapa más crítica de la propagación de una pandemia? ¿No son suficientes los muertos que esta enfermedad nos ha dejado como para escuchar las voces de epidemiólogos y expertos en salud? ¿Es posible pensar en fiestas y diversiones antes incluso que el regreso a clases?
Según el Alcalde de Mazatlán, de no realizarse el evento más esperado del puerto, se perderán 800 millones de pesos. Su preocupación máxima está en ello, en la fiesta, en la derrama económica y la inversión. Por eso es que propone una consulta, para preguntar al “pueblo” la viabilidad de continuar o no con los programas de las tradicionales festividades. La denominada “consulta de carnaval” se programó en principio para este domingo 30 de enero, pero, ayer se anunció que se pospondrá hasta el próximo 6 de febrero -en la esperanza del Alcalde para ver si los contagios disminuyen-.
La Secretaría de Salud en voz de su titular Héctor Melesio Cuén lo ha dejado muy claro, la consulta que pretende Luis Guillermo Benítez no tendrá fundamento jurídico, ni valor para tomar una decisión. El criterio será exclusivamente de carácter epidemiológico para salvaguardar la salud de las y los sinaloenses. ¿Cuál será la decisión? El tiempo dirá si la nao de China con “El Químico” como capitán continúa su viaje o queda anclado en puerto para celebrarse el año que viene, eso sí, si la pandemia lo permite. Luego le seguimos...