“La mujer del pelo rojo” es la nueva novela de Orhan Pamuk, escritor turco, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2006 y, sin duda alguna, uno de los mejores novelistas contemporáneos. Dotado de una voz inconfundible, este autor tiene a la ciudad de Estambul, donde nació, como personaje principal de sus espléndidos relatos.
“La mujer del pelo rojo” inicia en un Estambul de 1985, su personaje principal es Cem, un adolescente de casi 17 años, estudiante que quiere ser escritor y trabaja como ayudante en una librería, lo que le facilita ser un ferviente lector de libros usados y clásicos como “Viaje al centro de la tierra” y una antología de los sueños que le había causado un gran impacto.
Vive con su madre. Su padre, que regenteaba una farmacia, los abandona definitivamente.
La huida de su padre sume a la familia en una crisis económica. Su madre decide salir de Estambul e irse a vivir con un tío que les ofrecía casa y trabajo para Cem, como vigilante en una huerta, un trabajo mejor remunerado que el de la librería.
Allí, desde su nuevo puesto, observa con gran interés a un grupo de hombres, en particular a su capataz, quienes después de un arduo trabajo logran hacer brotar agua de la tierra del patio de a lado; cosa que impresiona bastante a Cem.
El maestro pocero se llama Mahmut Usta, éste, al ver el interés del joven, le ofrece trabajo mejor pagado aún para ser su ayudante en un pozo que va a abrir en otro lugar, más distante de Estambul, cerca de un pueblo llamado Ongoren.
Y va a ser allí, cruzando la plaza de ese pueblo extraviado, cuando Cem ve por primera vez a la mujer del pelo rojo y donde ella devuelve su mirada, que va a caer sobre él como un abrazo pleno de ternura, provocando que se enamore de ella perdidamente en ese mismo instante. Así, su vida quedará marcada para siempre por ese verano, que entonces siente maravilloso.
La instalación del campamento, el proceso para la localización del lugar donde se va a cavar con pico y pala, va a ser un proceso fascinante. Por las noches, su maestro Mahmut, le cuenta historias que siempre llevan moraleja y en tono admonitorio le advierte a Cem que pueden volverse verdad.
Una noche Mahmut le pide al joven que él le cuente una historia. Cem le narra el “Edipo Rey”. Su maestro se queda callado, lo mira preocupado y le dice que dónde saca cosas tan raras, que jamás le vuelva a contar otra historia como esa.
Años después, Cem se da cuenta de dos cosas: que las historias que narraba su jefe eran adaptaciones muy libres de parábolas del Corán y que la síntesis del Edipo Rey que había leído en la Antología sobre los sueños era de un tal Sigmund Freud. Posteriormente, conoce la obra de Sófocles.
Como es bien sabido, Edipo es mandado matar por su padre el Rey Layo, cuando siendo apenas un recién nacido, el Oráculo de Delfos predice su fatal destino: “Este niño que ahora me traes en brazos va a asesinarte a ti, usurpará tu trono y va a procrear hijos con tu esposa que también serán sus hermanos”.
La predicción se cumple. El final feliz: Yocasta su madre y esposa se ahorca, y Edipo se saca los ojos con un broche de su madre para castigarse.
El otro relato que va a conformar, junto con el Edipo, el núcleo de esta novela, “ La mujer del pelo rojo”, es la historia donde Rostam, un fiero guerrero mata en una larga y cruenta batalla a su hijo Sohrab, a quien había engendrado pero desconocía. Cem conoce primero esta historia en una representación teatral en una carpa, en ese mismo verano en Ongoren y se emociona hasta las lágrimas.
Tiempo después se enterará que es una antigua leyenda persa contenida en el Shanameh, epopeya del poeta Ferdousí. Estas dos terribles historias van a estar obsesivamente presentes en la vida de Cem. Parricidio y filicidio.
Esta es una novela diferente de Pamuk. Se siente más íntima, personal, densa en ideas e inevitables reflexiones sobre la relación con el padre. Aunque también siguen presentes sus acostumbradas obsesiones temáticas: el choque entre oriente y occidente, el crecimiento desmesurado de un Estambul cada día más injusto con los desposeídos.
Ahora, la acción principal va a transcurrir en un pueblo y el autor, además, abandona la visión panorámica y extensión decimonónica de sus otras obras, plagadas de multitud de personajes cuyas voces se ensamblan para conformar la historia.
De cualquier modo, al final Estambul brilla por las noches, desde la explanada, donde en un lejano verano, un adolescente y un hombre maduro decidieron juntos excavar un pozo para encontrar agua.
