|
"DEFENSOR DEL LECTOR"

"La muerte de Juan Manuel Ley"

""

    Como era de esperarse, fueron miles las voces que lamentaron la muerte del exitoso empresario y promotor deportivo Juan Manuel Ley López, quien, de acuerdo a múltiples opiniones, deja un hueco difícil de llenar y un ejemplar legado de visión, trabajo, perseverancia y esfuerzo a imitar.

    Este sábado 23 de enero, Noroeste brindó una amplia cobertura estatal para compartir con sus lectores la mayor información posible sobre este sensible deceso. Sin embargo, la cantidad de páginas e información que se tiene que procesar con rapidez se vuelve un alud que arrastra a los editores, dificultándoles una mayor revisión y supervisión de las notas, lo que propicia la publicación de varios errores. Claro, no es una justificación, porque debe existir mayor cuidado en la redacción y edición de las notas.

     

    Nota de la portada principal

    La nota principal de la portada de Noroeste, en ambas ediciones, se publicó con tres errores. En el segundo párrafo se escribió que el padre de Juan Manuel Ley López se llamaba Juan Manuel Ley Fong. “Ley López trabajaba codo a codo con su padre Juan Manuel Ley Fong y sus hermanos en la tienda de la calle Rubí, en el centro de Culiacán”.

    Sin embargo, basta recurrir a la historia narrada en la página oficial de Casa Ley para constatar que no se llamaba Juan Manuel. Adoptó el nombre de Juan al llegar a México y el apellido Lee lo transformó en Ley. Por eso, se convirtió en don Juan Ley Fong.http://casaley.com.mx/2015/index.php/corporativo/empresa/historia.html

    El segundo error consistió en escribir, en el quinto párrafo, equivocado el año en que nació Juan Manuel Ley. “Nacido en 1993 en Tayoltita, Durango, pero culiacanense por adopción...”. La fecha correcta, como se escribió en el perfil que se destacó en la nota, es 1933.

    El tercer error se publicó en el sexto párrafo. “Un infarto sufrido este viernes por la mañana, alrededor de las 7:30 horas, lo arrancó de este mundo. Expiró en el Hospital Ángeles en Culiacán poco después de las 8:00 de la mañana”.

    ¿Si ya el infarto de las 7:30 horas lo arrancó de este mundo, cómo es que expiró hasta poco después de las 8:00 de la mañana? Es evidente lo que el reportero trató de explicar, pero no fue preciso en la redacción.

    Por otra parte, en la página 124 del Manual de Estilo de Noroeste, se prescribe: “Las horas se escriben siempre con número, en formato de 24 horas, esto es, de 0:00 a 23:59 horas. Por tanto, quedan descartadas las iniciales ‘a.m.’ y ‘p.m.’, o expresiones como ‘de la mañana’ o ‘de la noche’. Hay sólo una excepción a esto: escriba ‘de la madrugada’ en casos que puedan prestarse a la ambigüedad”.

    No se debe escribir 8:00 de la mañana ni 8:00 de la noche, sino 8:00 y 20:00 horas.

     

    Nota de la sección B

    En la nota de la portada B, en la edición de Culiacán, y en la página 6 B en la de Mazatlán, se publicó la plana completa con el título “Un patriarca ‘de Ley’”.

    En esta nota se escribió cinco veces equivocado el nombre de la población en que nació Juan Manuel Ley: párrafos primero, quinto, octavo y quince, además del perfil. Se publicó “Tlayoltita”, en lugar de Tayoltita.

    Por otra parte, en el octavo párrafo también se escribió, muy al estilo sinaloense, la referencia al ex Presidente Calles: “...llegaron ahí al huir del movimiento antichino del Gobierno del Plutarco Elías Calles”.

     

    Omiten inicial

    En la página 10 A, en la edición de Culiacán, se publicó una nota con la opinión del Secretario de Salud, Ernesto Echeverría, sobre los esfuerzos que se hicieron para tratar de salvar la vida del exitoso empresario: “Se hizo todo lo posible por salvarlo”.

    Sin embargo, se omitió la letra inicial al señalar que la nota procedía de Mazatlán: “édicos del Hospital Ángeles, en Culiacán...”. En la edición porteña sí se escribió correctamente, en la página 7 B.

     

    Uniformar número de tiendas

    En el cuarto párrafo de la nota de la portada principal se escribió: “...la cadena de tiendas Ley con más de 200 sucursales y presencia en al menos 10 estados del País”.

    En la nota de la portada B se escribió: “En el territorio nacional logró ampliar su cadena Ley a 209 establecimientos, donde laboran 20 mil 700 empleados”.

    En la página 10 B, en la edición de Culiacán, y en la 7 B en la de Mazatlán, se escribió como contexto en la nota que dio el Secretario de Salud: “En su actividad como empresario participó junto con sus hermanos e hijos en la expansión de las tiendas Ley, que con 230 establecimientos en una decena de estados, está considerada la quinta cadena de supermercados en el País”.

     

    Falta complemento

    En la página 11 B, en la edición de Culiacán, se publicó una nota sobre la opinión de Armando Leyson Castro, titulada “Lamentan muerte del empresario”. Sin embargo, el sumario resulta confuso, pues no se escribió el complemento: “Fue un hombre que dejó constancia de trabajo y de lucha tanto en el ámbito empresarial, dice Alcalde de Guasave”.

    No se especifica en cuál otro ámbito, además del empresarial.

     

    Difieren en número de años

    En las páginas 4 y 5 D de la sección Score, en la edición de Culiacán, se publicó una nota titulada “Se va el guinda número 1”, en cuyo sumario se escribió: “A consecuencia de un paro cardiaco, el presidente de los Tomateros de Culiacán Juan Manuel Ley López deja de existir a los 81 años de edad”.

    En todas las demás notas se publicó que murió a los 82 años, pues nació el 17 de febrero de 1933.

    La nota en cuestión también tuvo varias inconsistencias en la redacción, entre las que destacan: “Lo que más recuerda ‘Paquín’ Estrada eran las pláticas que tenían cuando Ley López cuando lo visitaba en su oficina”.

    “...para cualquier aficionado de Tomateros en en mundo...”.

    “...que sin dudad alguna me han ayudado en mi vida...”.

    “...tenía una gran la pasión por el equipo...”.

    “...fue como un padre mara mí...”.

    “Con palabras entre cortadas y lágrimas en los ojos”.

    Esta última expresión merece comentario. Al separar la palabra entrecortadas, el reportero está hablando de verdaderas cortadas. Por otra parte, es una redundancia o pleonasmo decir lágrimas “en los ojos”. Es cierto que se permite enfatizar “lo vi con mis propios ojos”, pero lo propio es que las lágrimas surjan de los ojos, no de otra parte.

     

    Espero sus comentarios, quejas, dudas, críticas y sugerencias.

    defensordellector@noroeste.com

    rfonseca@noroeste.com

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!