Juan Francisco González Íñigo para su LUPA 1439. La muerte de Iván Ilich (1886) de León Tolstói: Redención al final de la vida.
‘La muerte de Iván Ilich’, del escritor ruso León Tolstói, cuenta la historia de una vida desperdiciada coronada con un momento de gracia.
Lev Nikoláyevich Tolstói (1828- 1910, 82 años) fue criado en una familia aristócrata rusa, ya que sus padres fueron los condes Mariya Tolstaya y Nikolái Ilich Tolstói. León inició sus estudios en Derecho y Lenguas Orientales dentro de la Universidad de Kazán, pero al poco tiempo abandonó la carrera para volver a su ciudad natal. Las deudas adquiridas por su vicio a los juegos de azar lo preocupaban, razón por la que buscaba desesperadamente un trabajo. Al estallar la Guerra de Crimea, su hermano lo convenció de formar parte de su expedición militar hacia el Cáucaso y convertirse en funcionario de artillería. León sufría de artritis reumatoide, por lo que aprovechó su expedición militar para hacer uso de las aguas termales del Cáucaso.
Mientras participaba en la Guerra de Crimea, León Tolstói empezó a escribir para combatir el aburrimiento. El 2 de julio de 1852 terminó su primer libro titulado Infancia y Fruto y, poco tiempo después, culminó Los Relatos de Sebastopol y La tala del árbol. Después de escribir Infancia, León escribió Adolescencia (1854) y Juventud (1856), las secuelas de su primer libro. Su pasión por la escritura siguió y en 1856 redactó cuatro libros más: La tormenta de nieve, De los recuerdos del Cáucaso, La mañana del terrateniente y Dos húsares.
Al culminar su misión militar, el escritor volvió a San Petersburgo, donde formó parte de la corriente del Realismo Literario, la cual se centraba en la problemática social reflejada en una escritura sobria, precisa y sencilla. Tiempo después publicó la aclamada novela Los cosacos (1863), en la que plasma sus vivencias en la Guerra del Cáucaso. León dejó de ver la literatura como un pasatiempo para convertirla en su profesión. En 1869 editó una de sus obras cumbre, Guerra y paz, que nos adentra en las vidas de cuatro familias. Tres años después publicó El prisionero del Cáucaso, cuento que narra la vida de un oficial que sirve en el Cáucaso.
Anna Karenina (1877) sería su próxima novela, la cual se convirtió en uno de los mayores referentes de la literatura clásica mundial. Ésta nos cuenta la historia de una joven mujer que es oprimida por los estándares sociales de la aristocracia rusa. Después de su gran éxito con Anna Karenina, León publicó Qué hace vivir a los hombres (1881), Las memorias de un loco (1884), Iván El Tonto (1885), Donde está el amor, está Dios y La muerte de Iván Ilich (1886).
La muerte de Iván Ilich nos traslada a la lucha intelectual y política de la Rusia del Siglo 18, a través del personaje de Iván Ilich, joven burócrata que fue preparado para ocupar un lugar en el Gobierno del Imperio Ruso. En 1889 Tolstoi escribió La sonata a Kreutzer, novela en la que explora el celibato, los celos y el amor a través del punto de vista de Pózdnyshev, el protagonista de esta historia. Ese mismo año publicó Una oportunidad perdida, cuento que no contó con la popularidad de sus antecesores. León redactó varios libros a finales del Siglo 19, de los que destacan: Amo y criado (1895), El Padre Sergio (1898) y Resurrección (1899). En sus últimos años de vida, el escritor no paró de trabajar y publicó cuentos como Después del Baile (1903), La oración (1905), Buda (1908) y Canciones en la aldea (1909). Se acercó más y más a Dios y a Cristo su guía y salvador.
Muerte por neumonía. El escritor murió de una severa neumonía, el 20 de noviembre de 1910 en Astápovo, Rusia. Tenía 82 años al momento de su fallecimiento. Antes de morir quiso donar sus bienes a los pobres, pero su familia se negó a hacerlo. Por esta razón huyó hacia Astápovo, buscó abandonar su vida de lujos. Un modelo de santidad terrenal.