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"ÁMBITO"

"La moneda"

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    magco7@hotmail.com

     

    Para quienes están conscientes de la constante amenaza que late en la permanencia del coronavirus, el tradicional cumplido decembrino de “Feliz Navidad y próspero Año Nuevo”, por muy sincero que pueda ser, suena un tanto incoherente, pues no hay optimismo que acomode en el aciago esquema de la ominosa cotidianidad actual.

    Sin caer en el catastrofismo es ineludible advertir que la vena de bienestar y de júbilo que caracteriza a la Navidad no latirá este año en un ánimo castigado por el temor, y por la serie de renunciaciones y de limitaciones que afronta una inmensa mayoría de la población, lo cual significa una negación de la deseada felicidad. Por cuanto al año nuevo, la prosperidad se contempla como un logro que sólo podría concebirse en casos excepcionales y no todos lícitos, pero que, ante el panorama actual, para las capas más extensas de los mexicanos apenas resulta concebible como una utopía.

    La evidente intensificación de la pandemia en México está orillando a las autoridades sanitarias a ser más realistas en su acción informativa, usualmente tan tamizada cuanto errática. Ahora están reconociendo la gravedad del desastre sanitario por Covid 19, y las predicciones del doctor Hugo López-Gatell han dejado de alentar expectativas felices, aun cuando este funcionario sigue sin promover con el ejemplo personal el uso del cubrebocas.

    Entre los vaticinios más recientes difundidos por ese funcionario destaca la estimación de que la fase crítica de la pandemia subsistirá en México, cuando menos hasta marzo del 2021. Ahora su discurso ya no tiende a minimizar la magnitud del embate contaminante; sin embargo, surgen versiones en el sentido de que aún se queda corto ante los verdaderos registros que está alcanzando la contaminación.

    La duda que ese cambio discursivo no ha podido disipar, priva también entre los mismos representantes de la 4ªT, y así quedó de manifiesto esta semana con la atinada cuanto saludable actitud de Claudia Sheinbaum, al dar a conocer públicamente que, en materia del manejo sanitario contra la pandemia, ella tomará en lo sucesivo las decisiones para la Ciudad de México, independientemente de lo que disponga la autoridad federal. Destaca este hecho porque se trata de una funcionaria plenamente vinculada con el lopezobradorismo, pero que evidentemente no está dispuesta a permanecer de incondicional.

    La llegada de la vacuna anti Covid-19 a México, que se anuncia para estos días como el inicio de una nueva y esperanzadora etapa de la lucha contra la pandemia, no se da en el marco de coordinación que debería responder a esa tan vehemente anhelada dotación, cuando los gobernadores de la oposición anotan la pretensión del Gobierno de la 4ªT en el sentido de centralizar la posesión y distribución de ese recurso, en tanto que la disposición de participar en esa función de acuerdo con los requerimientos de los estados que gobiernan es calificada por López Obrador como “politiquería electorera”, en tanto los gobernadores insumisos preguntan bajo qué criterios será dictada la dotación de la vacuna antiviral mediante un manejo autocrático.

    Este indeseable panorama se presenta más ominoso con la persistencia de los grupos poblacionales que insisten en negar la gravedad y hasta la existencia del Covid-19, adoptando una actitud que la Organización Mundial de la Salud ha bautizado como la “Infodemia”, una especie de privación de la lógica más elemental que se manifiesta en el rechazo al uso del cubrebocas, de la sana distancia y de todas las medidas sanitarias recomendadas como recurso preventivo. Alentador sería marginar a esos grupos, pero es imposible cuando son un potencial agente del incremento pandémico.

    El Senador Rubén Rocha Moya se perfilaba como el aspirante mejor calificado para ser designado candidato del Morena al gobierno de Sinaloa, y con ello constituirse en el contrincante más difícil de vencer por parte de quien resulte candidato de la alianza PRI-PAN. Sin embargo, en entrevista con Noroeste, el ex Rector de la UAS declaró que de alcanzar la gubernatura “su tema prioritario será la política de tipo social, y por tanto buscaría embonar el proyecto estatal con el proyecto de la Cuarta Transformación”. En el aire estaba esa moneda.