¡Ah raza! Dicen que el lunes pasado, al ver El Peje los millones de fervientes peregrinos que se reunieron en torno a la virgen de Guadalupe, les dijo a sus colaboradores, que de ninguna manera se quedaría con los brazos cruzados. Que organizaría una nueva marcha para demostrar que él, tiene más ardientes seguidores que la morena del Tepeyac. No cabe duda que, para sacar puntadas, los mexicanos no tenemos comparación.
Este domingo 18 de diciembre del 2022 quedará registrado como el día de la gran final de la Copa Mundial de Futbol Qatar’22, disputada entre los equipos representativos de Argentina y Francia, y de ello, llama la atención que la mayoría de jugadores del equipo francés, tienen raíces africanas, bien sea por migración o por ser descendientes de padres que optaron por buscar futuro en la tierra que vio nacer a Napoleón Bonaparte y en donde descansan los restos del controvertido mexicano Porfirio Díaz.
Bajo tal circunstancia, y considerando que en Francia se han asentado más de ocho millones de inmigrantes, lo que significa alrededor del 12 por ciento de su población total, siendo la mayoría de ellos de raza negra, no es de extrañar la integración de su selección de futbol profesional e igual sucede con otros países, pero el de mayor presencia, es el equipo galo, de tal suerte, que algunos especialistas en el tema futbolero, se refieren a dicho conjunto como el representativo de la Francia negra, detalle que, por cierto, molesta al bando de conservadores franceses.
Todo esto viene a cuento, en virtud de que hoy, también se conmemora el Día Internacional del Migrante, impulsado por la Organización de Naciones Unidas, con el propósito de resaltar el respeto que deben recibir los migrantes; a los individuos que conforman oleadas humanas, de las que se desprenden algunos nutrientes que enriquecen a las sociedades receptoras, como se comenta con el caso de la selección francesa.
Normalmente las ciudades receptoras de migrantes, pertenecen a países desarrollados, a los que se idealiza como tierra de oportunidades de progreso y de niveles de bienestar, cualidades que se incrustan en la visión de los que se aventuran a correr el riesgo de abandonar la patria chica; de aquellos que deciden tomar los retos que implican el cubrir un largo trayecto, que se torna más peligroso cuando se recurre a la migración ilegal.
Sin lugar a dudas, y a pesar de que las comunidades de migrantes irregulares, conforman un serio problema social para las ciudades en las que fijan residencia, también es cierto que la fuerza productiva migrante ha sido fundamental para el desarrollo de países como es el caso de los Estados Unidos, República que se ha convertido en un verdadero crisol de razas venidas de diversas partes del mundo.
En nuestro país, desde tiempos inmemoriales, se han asentado inmigrantes que también han contribuido en su impulso, tanto en los ámbitos económicos como académicos y artísticos. En ello han participado españoles, chinos, alemanes, libaneses, japoneses, franceses, tan solo por citar a algunos.
Larga lista podemos armar de gente venida de otras tierras que han conformado un batido positivo de razas que han aportado su cuota enriquecedora a nuestra nación, claro, también hay otros que se dejaron venir con la intención de acumular riqueza y retomar el camino por donde vinieron, pero en esta ocasión de fraternidad navideña, recordemos a los desprendimientos migratorios que han inscrito su nombre en la historia nacional.
Sin lugar a dudas, al final del día, los inmigrantes aportan a las sociedades que los reciben, más positivos que negativos y sin ir muy lejos, así lo hemos constatado los sinaloenses y de forma particular, los mazatlecos, testigos de las grandes aportaciones que han hecho los que optaron por asentarse, en lo que para ellos fue, una tierra de oportunidades.
La migración, bajo cualquiera de sus circunstancias, continuará presente en la historia de la humanidad, pues forma parte de su naturaleza. ¡Buenos días!