Los que le han dado seguimiento histórico a la lucha de las mujeres por conseguir el reconocimiento de ciudadanía plena, ubican su origen en el Primer Congreso Feminista de Yucatán, realizado del 13 al 16 de enero de 1916, mismo que fue impulsado, entre otras, por las activistas Beatriz Peniche Barrera, Candelaria Ruz Patrón, Consuelo Zavala Castillo, Dominga Canto Pastrana, Elvia Carrillo Puerto y Rosa Torre González; todas ellas, docentes.
El evento contó con el apoyo del entonces Gobernador de Yucatán, el general Salvador Alvarado Rubio, un sinaloense que dejó huella por su exitosa y visionaria gestión gubernamental, de tal suerte, que ocupa un lugar especial en la historia de la llamada tierra del faisán y del venado, de la alegre jarana y de la sabrosísima cochinita pibil.
Al citado evento, se le encadenaron otros no menos importantes y los primeros frutos se consiguieron en el año 1923, cuando en el territorio yucateco se les reconoce a las mujeres el derecho a votar y ser votadas y como resultado de ello, se eligieron como diputadas locales a Beatriz Peniche Barrera, Elvia Carrillo Puerto y Raquel Dzib Cicero. Por otro lado, Rosa Torre González fue electa como regidora del ayuntamiento de Mérida.
Aquel importante paso de las ejemplares yucatecas que procuraban derechos y obligaciones constitucionales parejas con los hombres, tomó forma plena bajo la presidencia del Licenciado Adolfo Ruiz Cortines, quien publicó el decreto correspondiente el 17 de octubre de 1953.
Es decir, que este 2023, se cumplió un centenario de la primera participación femenina en una jornada electoral local y 70 años de que constitucionalmente, se les reconoció ciudadanía plena a las mujeres, circunstancias que le dan un toque especial a lo que actualmente está sucediendo en el terreno electoral de nuestro país que tendrá como resultado la elección de la que será la primera Presidente de México.
Estamos a nada de que se oficialicen los nombres de quienes contenderán en la primera línea de la jornada electoral del 2024 y si el dedito de Palacio no decide otra cosa por la causa de su partido, serán dos mujeres las que procuren llevarse el honor de ser la primera titular del Poder Ejecutivo federal de México, con el detalle adicional, de que la postulación de ambas aspirantes fue hecha por el propio Andrés Manuel.
La de Claudia, depositaria total de su confianza para abanderar el proyecto de la 4T y a través de la cual, tiene mayores posibilidades de convertirse en la mano que moverá la cuna del poder, en caso de que el voto mayoritario le conceda el triunfo a su elegida y las probabilidades para que se realice son muy altas.
Por el otro bando, el político, claro, la hidalguense Xóchitl Gálvez, surgió y agarró vuelo impulsada por la obcecación que le es característica al titular del Ejecutivo federal, gracias a lo cual, les dio a sus opositores una candidata con los arrestos necesarios para ser tomada en serio. Ciertamente, hasta ahora superada en las encuestas por la científica de la 4T, pero este juego, todavía se encuentra en las primeras entradas y como en el béisbol, de forma inteligente y con estrategias novedosas, reforzada con los imponderables, bien puede remontar el marcador y obtener la victoria.
Para Xóchitl será una cruzada muy difícil, sumamente complicada, ya que no solo enfrentará a la candidata del oficialismo, sino también, al propio Presidente de la República, quien, dejando de lado las formas, descaradamente se ha involucrado en este tema electoral.
Para aligerar el paso, Gálvez tendrá que sacudirse de la sombra de gente de la calaña de Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos, de Claudio X. González, y otros tantos, que son factores de resta popular y por otro lado, deberá buscar una renovación discursiva que deje de lado las alusiones a López Obrador, pues está visto, que los ataques de sus contrarios, ni cosquillas le hacen.
La jornada electoral 2024, sin duda alguna, será otro evento trascendental en la vida de los que ya andamos entre los aromas de los linimentos y la cercanía del lento andar ¡Buenos días!
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