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Si algo se reclama a los políticos es su inconsistencia. Entran enarbolando ciertas banderas y pronto las olvidan para suplirlas por otras. Despreciable, pero ¿puede haber algo aún más grave? Sí, hundir a un país por obsesiones y dogmas, encerrarlo en una jaula.
Ni el Covid, ni el colapso económico estaban en el escenario. Pero México hoy está en una emergencia y el Gobierno federal no puede imaginar un discurso diferente al de campaña, no puede salir de su jaula.
Apuesta central corrupción, qué bien, si hay fundamento, que se aplique la ley. Pero esos rostros, los llamados “peces gordos”, no dan de comer. Dieciséis millones de mexicanos cayeron en pobreza extrema. Los despidos por la pandemia suman más de un millón. Coparmex advierte que sin apoyo a las empresas los empleos perdidos podrían llegar a 1.8 millones. Está anunciado desde hace meses, pero la jaula no los deja salir, tampoco a México.
El promedio de inversión en rescate de los países del G-20 es alrededor de 14 por ciento de su PIB. En los extremos: Alemania con 41 y México con 1.1 por ciento. Podríamos intentar algo, pero nada, la jaula. Los retiros de los fondos de pensión se disparan, ahorros perdidos. La mitad de los mexicanos endeudada. Se sabe que no hay recursos para el ingreso universal, pero desde la jaula se dice no a nuevos impuestos y deuda jamás. Los barrotes del dogma asfixian a México. Tres meses de apoyo emergente con un salario mínimo para los 14 millones de familias que viven en la informalidad, sería equivalente a un punto de deuda. Pero ni se discute. Mejor más recortes porque la jaula no permite pensar en algo nuevo. Prometen hasta 2 mil 340 millones de pesos, o sea, una pisca, poniendo en riesgo la operación de las burocracias, otro avión, puro ruido. Porque las cifras grandes son otras: Cancelación del NAIM, 75 mil millones de pesos; energías limpias, 128 mil millones de pesos; Constellation Brands en Mexicali, 24 mil millones de pesos; suma 227 mil millones de pesos quemados en un país de pobres que, supuestamente, eran prioridad. Allí los costos del criminal desperdicio, pero los burócratas pondrán 2 mil 300 millones de pesos, ¡qué salvación! Desperdicio sin nombre frente a carencias lacerantes, ¿cuántos recursos requiere el Sector Salud para enfrentar la emergencia? Es al revés, casi 40 mil muertos, 350 mil infectados, desempleados por millones, enfermos sin atención y el Gobierno invirtiendo en fierros.
El domingo Excélsior reportó cinco infectados por minuto. Cuatro mil muertos más en una semana. ¿Domada? Ya rebasaron a los muertos por la violencia y ahora somos testigos del duelo de cárteles en Guanajuato. ¿Y el Estado mexicano? Pues anda cuidando la jaula desde adentro. Y qué de los programas sociales: de “Sembrando Vida” sólo brotaron 7 de cada 100 árboles, penoso. Y de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, Coneval advierte que no hay forma de evaluar el impacto positivo en su formación.
Desde la jaula se dice que el T-Mec garantiza la inversión, pero las cifras no cuadran porque el Tratado fue aprobado hace meses, (abril), si bien entró en vigor hace semanas. Resulta que, en los últimos seis meses, es decir con T-Mec, ya acordado, han salido 13 mil 500 millones de dólares, o sea, más de 300 mil millones de pesos. El peligro de los dogmas y necedades de la jaula, espantan. El T-Mec no lo compensa. La Bolsa Mexicana de Valores ha caído 28 por ciento en lo que va del año. Ya fueron a Washington metiendo a México en la lid del probable derrotado, y en horas Trump ya reclamaba, “México no está ayudando” y de pasada le agrega cientos de kilómetros al muro. Gran éxito. Y ahora le apuestan a Lozoya y al encadenamiento y ojalá limpien ese lodazal, pero si no se encargan de los nuevos transformadores corruptos, la historia se les va a revertir: ineptos y corruptos. Más aun con perversas intrigas como intentar apoderarse del INE, intrigas que los desnudan en su insaciable ambición de poder.
Muertos, enfermos sin atender, hambre que crece, rompan con su jaula de palabras, reinvéntense, liberen a México y den prioridad a la vida.