La intervención del crimen organizado en las elecciones
Miguel Ángel Lara Otaola es el autor del informe Desafíos del crimen y la violencia en las elecciones mexicanas, auspiciado por las universidades de Harvard, Sydney, East Anglia, Reino Unido, y Royal Military, Canadá.
El investigador plantea lo que llama el modelo de las tres C, para tratar de entender la intervención del crimen organizado en los procesos electorales.
La primera C: implica la circulación de dinero, que pueden ser recursos para impulsar las campañas, para inhibir la participación, para influir en las autoridades locales y en medios de comunicación.
La segunda C: implica a los grupos inducidos por el circulante del dinero, que incluye la captura de políticos y autoridades que al ser compradas siguen puntualmente las indicaciones del crimen organizado.
La tercera C: implica que conviva la economía formal con la informal auspiciada por dinero ilícito del crimen organizado. Distintos estudios estiman que este ya está presente entre el 50 y el 80 por ciento del territorio nacional.
El crimen organizado, en amplios sectores de la geografía, tiene la capacidad de influir en las elecciones ya sea a través del financiamiento a partidos y políticos, la selección de candidatos afines e influir en el resultado de la elección.
De acuerdo con el estudio, que se realiza desde hace 12 años, los comicios de 2024, por sus dimensiones -270 mil candidatos que se disputan 20 mil 262 cargos de elección popular- pueden ser los más violentos de la historia.
Para Tony Payan, director del Centro para Estados Unidos y México del Instituto Baker, en Texas, “la nueva estructura del crimen organizado y la multiplicidad de actividades en las que participan hace que sea más probable que exista una grave violencia política con un alto grado de impunidad”.
Las investigaciones de campo señalan que cuando se incrementa la influencia del crimen organizado en una sociedad, como ahora ocurre en México, su actividad tiende a permear progresivamente otros ámbitos de la vida de la sociedad.
De manera particular en el campo de los procesos electorales, para obtener ciertos beneficios a su favor de quienes resulten electos con el apoyo de su intervención.
Las evidencias de la participación del crimen organizado en el proceso electoral de 2021, sobre todo a nivel de municipios y gubernaturas, son cada día más y también más explícitas.
Los investigadores del tema de la seguridad y los políticos de la Oposición señalan de manera permanente las evidencias de esta intervención y también advierten que habrá de ocurrir en la elección de 2024.
Las autoridades y el partido en el poder evaden el tema y cuando hablan de él es para decir que no existe, que en México es imposible la intervención del crimen organizado en las elecciones. La negación del Gobierno levanta sospechas sobre un posible acuerdo con el crimen organizado, para que intervenga en los procesos electorales a favor de los candidatos del oficialismo.