La insólita franqueza de Rocha Moya
¿Señal de un Gobierno transparente?
A Rubén Rocha Moya le aumentó el bono de confianza, de credibilidad sobre todo, el hecho de hablar ayer con toda claridad sobre los asuntos brumosos que anteceden a cualquier traslado del alto mando en el Poder Ejecutivo Estatal. Se abrió poco, mucho o sólo lo indispensable en temas que empiezan a hacer ruido, como es normal la estridencia política y más cuando la mudanza en Palacio de Gobierno implica que un partido, el Revolucionario Institucional, deje el control para que lo tome otro distinto, el Movimiento Regeneración Nacional.
¿Acaso es posible instaurar la sinceridad y translucidez como política pública del gobierno que está por tomar las riendas de Sinaloa? Es cuestión del despliegue de bastante voluntad para incluir dentro de las transformaciones la franqueza de quien tomará la batuta, veracidad que es tan indispensable en estos tiempos cuando la palabra de los políticos y la fe en las instituciones lucen desgastadas y ariscas. Una de las insurrecciones largamente aplazadas es la sublevación de la verdad por encima del engaño.
Por lo pronto, Rocha Moya rompió los tabúes, no se anduvo por las ramas, a diferencia de sus antecesores que en la víspera de protestar al cargo se tornaron opacos, maquinadores y adoptaron la política del avestruz para esconder los rasgos lúgubres de regímenes entrantes. Si alguien no entendió lo que el Gobernador electo dijo, pues ya de plano ni Rubén Aguilar (el de “lo que el Presidente Fox quiso decir”) podría traducir tanta franqueza como la que Rocha mostró ayer.
Sin aportar novedades en la integración del Gabinete, sí le arrojó bastante luz al estilo de llamar a las cosas por su nombre así se trate de cuestiones incómodas en lo personal o lo institucional. No hay convenio firmado que lo obligue a darle una Secretaría a Héctor Melesio Cuén Ojeda, va a cambiar de Fiscal General del Estado a pesar de que Juan José Ríos Estavillo aún no concluye el período para el cual lo designó el Congreso, y está gestionando junto con el Gobernador Quirino Ordaz Coppel los recursos financieros para abrir el sexenio.
La continuidad del Teniente Coronel Cristóbal Castañeda Camarillo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública fue una petición que el Secretario de la Defensa Nacional le hizo al Presidente Andrés Manuel López Obrador, “pero el responsable de la seguridad de los sinaloenses seré yo”; fue decisión personalísima que Ruth Díaz esté a cargo de la fusión de las Secretarías de Desarrollo Social y Sustentable; la designación de Santiago Gaxiola Coppel no la pidió la cúpula del Grupo Coppel, y no va a perseguir a Quirino Ordaz Coppel, son algunas de las respuestas dadas ayer a periodistas que iban por la nota del Gabinete y salieron con muchas más noticias de las que caben en las ediciones de los medios.
Todo lo anterior fortalece la hipótesis del Gobernador sincerándose ante todos los ámbitos, sectores y planteamientos que le corresponderá atender. El derrumbe de la muralla de simulaciones y poses que estorba a que los sinaloenses tengan el pulso de la realidad real y siendo así tomen decisiones más correctas. Fuera máscaras para que al verse a los ojos gobernante y gobernados nazca la alianza social sin el fingimiento y engreimiento de quien está llamado a ser más líder y menos fachoso.
La impresión que dio Rocha Moya es que decidió disfrutar la histórica circunstancia propia, más allá de los jaloneos y berrinches que acechan en su asunción a la Gubernatura. Nada lo mortifica, ninguna cláusula secreta lo ata, no hay amenaza que lo arredre, hará ajustes sin incurrir en injusticias, evitará excusas fincadas en los errores del pasado, está listo para enfrentar las cosas como vengan, enumeró.
De toda su trayectoria en la política y el servicio público, la versión que Rocha Moya mostró de él mismo ayer es quizá la más transparente. Bienvenido el lado diáfano del ejercicio del gobierno no como moda coyuntural sino como regla de oro de la administración pública que iniciará en un mes, pero sin posibilidad alguna de que todo se torne opaco cuando ya no convenga lo traslúcido y lleguen las sombras a empañar la lupa cívica.
Al final la pertinencia de saber quiénes estarán en el Gabinete pasó a último término por ser decodificados temas más trascendentes que se deslizaban por el tobogán de la especulación. Fue la limpia de rumores que se hizo necesaria como asepsia previa a la revelación de los nombres de los hombres y mujeres del team rochista. La hábil operación política para despejar del cuaderno los rayoneos con lápiz y escribir en hoja nueva los perfiles definitivos, ya sin tachaduras y con tinta indeleble.
No acudió a las vaguedades,
Para salirse por la tangente,
Y nos dejó venir, de repente,
El inusual alud de verdades.
Para guardar las formas porque el fondo ya es del dominio público, habría sido conveniente que el Fiscal Juan José Ríos Estavillo saliera a dar a conocer su renuncia al cargo, tal como lo hicieron sus homólogos de otros estados, en contribución a estabilizar el piso político que se necesita para que la Cuarta Transformación se instale sin perturbaciones. Este problema ya se le estaba “chispoteando” al equipo de pacificación de la transición, no así otros temas que significan conflictos sociales como la construcción del sendero en el Parque Ecológico y la aprobación que ayer haría el Congreso de la despenalización del aborto, donde operó la intervención de Rocha Moya para desactivar las complicaciones, al menos de aquí a que tome posesión como Gobernador, el 1 de noviembre.