La protección, expansión y mejora en la gestión de los bosques del mundo representan algunas de las soluciones naturales más prometedoras para mantener el calentamiento global por debajo de 1.5-2°C, que es el límite de temperatura delimitado científicamente y acordado en el plano internacional para evitar o ralentizar los impactos del cambio climático. Esto es debido a que los bosques secuestran grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, además del que ya se encuentra bajo tierra debido a su mera existencia. Esto significa que la deforestación no solo impide que se absorba este gas de efecto invernadero, sino por el contrario, se libere más dióxido de carbono, complicando un panorama que de por sí es difícil ante la constante emisión de contaminantes causada por el uso de combustibles fósiles y la renuencia a transitar rápidamente hacia modelos energéticos basados en fuentes renovables.
Aunado a esto, los cambios biofísicos resultantes de la deforestación también inciden en las condiciones climáticas locales. En específico, cambios en el albedo impactan el balance de radiación en la parte superior de la atmósfera, lo que incide en la temperatura global. Sin embargo, el clima local no solo se modifica por estos cambios de albedo, sino también por la manera en la que los bosques fraccionan la radiación solar, lo que a su vez se vincula con el manejo de calor y la emisión de vapor de agua desde la superficie boscosa. De ahí la importancia de preservar los bosques, y promover la reforestación y la aforestación. Esto resulta en una mayor condensación de dicho vapor, promoviendo un incremento de calor en la parte superior de la atmósfera, pero no en el aire que circula cerca de la superficie terrestre; permitiendo la estabilización del clima local al reducir el promedio de la temperatura diurna y las temperaturas extremas estacionales. No obstante, se debe tomar en cuenta la ubicación - en específico la latitud - de los bosques para identificar el impacto del albedo y de la evapotranspiración. Un caso relevante corresponde a los bosques tropicales, donde el vapor de agua abona a la formación de nubes que absorben calor y fomentan mayor humedad en la zona, incidiendo así en la temperatura a nivel local.
En esta tesitura, es crucial mejorar el entendimiento de los efectos combinados del carbono forestal y los controles biofísicos a escalas local y global, pues los impactos son diversos y deben entenderse y ubicarse territorialmente para desarrollar acciones específicas en favor de la protección, expansión y mejora en la gestión de los bosques. Esto permitirá la actualización de decisiones de política pública para abordar de mejor manera acciones de mitigación y adaptación al cambio climático.
*Con información tomada de: Lawrence, D., M. Coe, W. Walker, L. Verchot, y K. Vandecar. (2022). The Unseen Effects of Deforestation: Biophysical Effects on Climate, Frontiers in Forests and Global Change, 24 March 2022, https://doi.org/10.3389/ffgc.2022.756115