En Europa, el año 2012 fue declarado Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Sociedad Intergeneracional. Con este motivo, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología publicó un libro titulado La experiencia de envejecer, donde se entrevistó a 44 personas de la tercera edad para escuchar su testimonio directo sobre esta etapa dorada de la vida.
Algunas personas eran conocidas y populares, otras anónimas y desconocidas, pero abarcaban a todas las áreas de la sociedad: cultural, artística, deportiva, científica, espiritual y asociativa, para transparentar sus vivencias y el significado que encerraba para ellas el envejecimiento.
El escritor José Luis Sampedro Sáez, de quien ya tratamos en una columna sobre su libro La sonrisa etrusca, fue uno de los entrevistados, quien refirió que con el paso de los años se comprende que, aunque se sepan muchas cosas, se asimila que todavía quedan mucho más por conocer: “con los años se va confirmando que se desconoce mucho, muchísimo más de lo que se sabe”.
Normalmente, se percibe que la tercera edad trae consigo muchas limitaciones, pero para Sampedro no era totalmente así: “Posiblemente el paso del tiempo aporta más cosas de las que quita. Yo destacaría el equilibrio como un elemento fundamental consecuente a la experiencia que los años van aportando... Se pierden ciertas facultades, pero se ganan otras muchas cosas. Proporciona una forma de enfocar y de reflexionar mucho más serena. Un sosiego casi imposible en edades más jóvenes, por muchas capacidades cognitivas que se tengan”.
Subrayó, también, que en la sociedad actual hemos perdido el valor del respeto: “Hemos dado pasos hacia atrás. Es preciso recuperar el respeto, el respeto en general, porque respetar a los demás y respetar el entorno es respetarse a uno mismo”.
¿Promuevo los valores de equilibrio y respeto?