Benjamin Creutzfeldt*
SinEmbargo.MX
En los últimos años, Pekín ha hecho grandes esfuerzos para llevar su modelo del desarrollismo modernista y la conectividad total al mundo entero, tanto por hechos contundentes como en la retórica ideacional. Estados Unidos y otros países occidentales se sienten amenazados por los hechos y también por las ideas acompañantes, mientras que en el sur global hay una acogida mayor. Los voceros del Gobierno chino han levantado la voz y a veces han logrado ofender (una costumbre que anteriormente fue privilegio de los imperios occidentales), pero estos diplomáticos con el nuevo apodo de “lobos guerreros” no son los mismos en América Latina, por ejemplo. Me propuse explorar, por consiguiente, ¿quiénes son los mensajeros y por qué se percibe el mismo mensaje de forma tan distinta?
Durante décadas, Washington contaba con la red diplomática más extensa del mundo. Esta situación les facilitaba insertarse en los debates locales y mantener su mensaje en las portadas a través del mundo. Sin embargo, durante la administración del Presidente Donald Trump, la extensión de sus misiones permanentes disminuyó, junto al espíritu ganador de sus representantes y su capacidad de influir, y no se han recuperado bajo el mandato del Presidente Joe Biden.
La dinámica de influir en los asuntos globales ha cambiado: según un estudio reciente, ahora la República Popular China lleva la delantera numéricamente al contar con 276 puestos diplomáticos a escala mundial. Además, el número de personal de cada Embajada ha aumentado, la edad promedio de los encargados ha disminuido, y la formación profesional y la transferencia de conocimientos internos se están potenciando.
Esta evolución se debe al reconocimiento de Pekín sobre el ascenso de China como actor protagónico, junto a la creciente presencia de sus corporaciones y ciudadanos en todo el planeta, lo que requiere a su cuerpo diplomático nuevas exigencias. El papel y las capacidades de los diplomáticos chinos como representantes, comunicadores y negociadores en nombre de su Gobierno se ponen cada vez más a prueba, en muchos casos, ante públicos y Gobiernos extranjeros cada vez menos benévolos. Por consiguiente, el Gobierno ha tratado de reestructurar y reforzar su servicio exterior de múltiples maneras.
América Latina es un ejemplo instructivo para esta tendencia y sus continuos desafíos. Siendo la frontera más lejana en la estrategia de 走出去 (salir afuera), llegó tarde a beneficiarse del crecimiento exponencial del comercio, del rápido aumento de fusiones y adquisiciones por empresas chinas, de préstamos millonarios y un abanico de intercambios culturales, educativos y científicos. Las visitas oficiales de los máximos líderes chinos a la región se incrementaron hasta convertirse en un acontecimiento casi anual entre 2008 y 2019, y empezaron a florecer los foros de cooperación multilateral de alto nivel. Esta tendencia multidimensional se ha visto respaldada por un creciente y cada vez más versátil cuerpo diplomático en el terreno, el cual ha ganado una mayor visibilidad en el proceso.
Rastreando carreras y movimientos de los diplomáticos chinos en América Latina desde 1990, logré identificar unas trayectorias y patrones que iluminan una estrategia dirigida desde Pekín, que está enfocada en conseguir los objetivos nacionales e internacionales. Al trazar los perfiles de sus emisarios en la región, surge la imagen de una estrategia diplomática variada y cada vez más refinada. Se pone en evidencia que los diplomáticos chinos (a pesar de sus jerarquías internas) han adoptado la “diplomacia de redes” y han buscado mejorar su comunicación intercultural. El desarrollo estratégico de China y su cuerpo diplomático en América Latina sugiere que ha nutrido a los diplomáticos con el carácter y las habilidades idóneas. Dirigido por su Ministerio de Asuntos Exteriores, el Gobierno de Pekín ha creado un cuerpo amplio y variado de diplomáticos con experiencia regional y perspicacia global, garantizando, así, que China pueda perseguir sus objetivos nacionales e internacionales y participar activamente en las conversaciones globales y locales.
Al explorar los perfiles y las carreras individuales de los diplomáticos chinos en la región, es posible darle mejor carácter y permitir mayor comprensión de un aparato mucho más amplio. Varios de los enviados que lideran los esfuerzos diplomáticos de China en América Latina son individuos cuyo enfoque ofrece un contrapeso al tono asertivo de un pequeño número de sus pares apodados “diplomáticos lobos guerreros”: el enfoque asertivo de ese último grupo es una excepción a la regla, y está en gran medida ausente de la estrategia de China en América Latina.
El principal objetivo de los enviados de Pekín a la región ha sido, al parecer, crear buena voluntad a través de una mayor visibilidad y accesibilidad, y garantizar un entorno favorable en el que puedan crecer los objetivos comerciales y de inversión de China.
Este texto fue publicado originalmente en la web de Redcaem
*Doctor en Estudios Políticos en la Universidad Externado de Colombia y sinólogo con un enfoque en la política exterior china. Es docente en el Departamento de Estudios de Asia Oriental, de la Georg-August-Universität en Göttingen, Alemania, e investigador afiliado del Centro de Estudios de China y Asia Pacífico, de la Universidad del Pacífico en Lima, Perú.
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