En “La empresa consciente”, Fred Kofman narra que creció en Argentina y desconocía que había desapariciones, torturas y asesinatos en la dictadura militar: “Había infinidad de señales pero temíamos verlas porque cualquier descubrimiento hubiera implicado asumir una responsabilidad. Era mucho más fácil seguir siendo inconsciente”.
Añadió que igual sucedió en la guerra de Las Malvinas, pues siempre se difundió que los argentinos iban ganando, práctica también recurrente en las empresas. “De ese modo logran mantener la apariencia de que “estamos ganando” hasta que, a último momento, anuncian que el proyecto fracasó, que la filial de la empresa fue vendida, que la compañía está en bancarrota, es decir, que “hemos perdido”.
Subrayó que las empresas necesitan empleados conscientes. “Los empleados conscientes asumen responsablemente su vida. No comprometen valores humanos para lograr el éxito material. Dicen su verdad y escuchan las verdades de los demás con honestidad y respeto. Buscan soluciones creativas a los desacuerdos y honran de manera impecable sus responsabilidades. Se conectan con sus emociones y las expresan productivamente”.
Los empleados inconscientes, en cambio: “Culpan a otros por sus problemas, buscan gratificación inmediata olvidando la ética, y proclaman tener siempre la razón. Ocultan información importante, “barren” los conflictos para esconderlos debajo de la mesa y negocian con la finalidad de derrotar a sus oponentes. Esperan obtener lo que necesitan sin pedirlo, hacen promesas irresponsables y no honran sus compromisos. Reprimen sus emociones o explotan irracionalmente”.
Citando a Mihaly Csikszentmihalyi, precisó: “si los directivos no ven a los trabajadores como individuos únicos y valiosos sino como herramientas que pueden descartarse cuando ya no son necesarias, los empleados tampoco verán a la empresa como algo con más valor o significado que ser una máquina de librar cheques para el pago de sueldos.
¿Soy directivo o empleado consciente?
@rodolfodiazf