La Embajada a Quirino: el tiempo golpea
AMLO sigue firme, pero ¿QOC también?
Hay quienes consideran que a Quirino Ordaz Coppel se le echó a perder la designación como Embajador de México en España, que le notificó el Presidente Andrés Manuel López Obrador desde el 11 de septiembre de 2021. Para unos tiene que ser el ex Gobernador quien decline al nombramiento, como un acto de decoro político, y los más lo instan a ser paciente ya que se trata de trámites diplomáticos donde los gobiernos suelen no tratarlos como asuntos prioritarios y menos ahora con la contingencia de salud que lo traba todo.
Queda claro que la demora es generada por el gobierno español y que la contraparte mexicana tiene lista la gestión para en cuanto llegue la aprobación del País huésped operarla en el Senado ya sea en la Comisión Permanente ahora en funciones o en Pleno cuando inicie el período de sesiones a partir de la segunda quincena de marzo. De momento la Cámara alta no ha notificado tener agendado el tema.
De acuerdo a actores políticos que están cerca del procedimiento formal para la designación del Embajador en España, se da por hecho que López Obrador mantiene la propuesta de que sea Quirino Ordaz y que con la mayoría de Morena le basta para sacarla adelante, esto en caso de que el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno Cárdenas, mantuviera el extraño veto que le puso al ex Gobernador de Sinaloa al considerar que “la lealtad, unidad y compromiso de un priista se demuestra al lado del partido”.
Sin embargo, el retraso en la otorgación del plácet por parte de España, la tardanza en la llegada de la propuesta al Senado y la inicial actitud boicoteadora de “Alito” le dan vuelo a conjeturas que flotan en la atmósfera de especulación que las circunstancias provocan. Lo único cierto es que la nación que acogerá a Quirino Ordaz se toma su tiempo sin mayor motivo que la conocida calma con que opera los asuntos diplomáticos. Tal como lo dio a conocer el diario El País en su edición digital del 30 de diciembre, el gobierno de Pedro Sánchez lo está tramitando “aunque la dilación ha contribuido a disparar las especulaciones”.
Los titubeos han trasmutado en los planos local, nacional e internacional a una especie de apuesta sobre quién se cansará primero: si López Obrador en sostener la propuesta o Quirino Ordaz en declinar la invitación presidencial. La perplejidad tiene que ver con la creencia popular de que aquello que no se cocina pronto tiende a descomponerse y aquí la razón apunta a que algunos actores políticos quisieran que la decisión de AMLO se acede y por más que le buscan el tufo a podrido no lo encuentran.
El análisis del comportamiento presidencial durante la primera mitad del sexenio resuelve que López Obrador sí cumple la palabra y es casi seguro que mantiene la disposición a que Quirino Ordaz se vaya de Embajador a España. Además, la postura del líder nacional del PRI procede a ablandarse y los senadores de este partido podrían apoyar la designación cuando llegue al Congreso federal. Hay que recordar que “Alito” necesita de la unidad interna después de su desafortunada operación para definir las candidaturas que competirán por seis gubernaturas en las elecciones de 2022. Ya se vio obligado a moderar la soberbia frente a la embestida crítica de Omar Fayad en Hidalgo.
En síntesis, en el frente de la 4T sigue firme la Embajada para Quirino Ordaz y en el ala opositora a tal nominación, el PRI de Alejandro Moreno, ni hay fuerzas ni argumentos para recrudecer el enfrentamiento con el ex Gobernador de Sinaloa, al tener abiertos demasiados polos de conflictos como para sostener la ya rancia polémica de si el hotelero mazatleco debe o no aceptar el puesto del servicio exterior desde una perspectiva ideológica. El camino va allanándose y puede suceder que de un momento a otro el Senado dictamine el “habemus Embajador”.
Y por último resulta pertinente preguntar si Quirino Ordaz todavía quiere ser Embajador. Soportó en silencio las arremetidas mediáticas que hasta lo descartaron como Canciller, la oposición de connotados miembros del Servicio Exterior Mexicano que le reclamaban no tener trayectoria en tan selecto club, la irascible resistencia de “Alito” y la prolongada paciencia de AMLO, como para no haber resuelto a lo largo de cuatro meses si sigue esperando o le pone un hasta aquí al desgastante aguardo.
Podría ser que el mutis quirinista provenga del cansancio propio de cualquier indefinición o que cuide la institucionalidad sin tener prisa para irse a España. Aunque también existe la posibilidad del temor a decirle al Presidente que no y ello lo coloque en situación de desobediencia a un Mandatario que ya sabemos cómo se las cobra a aquellos que se le insubordinan.
Podrían ser muchas cosas, pero pronto deberán llegar señales al Senado que le darán la orientación final a un tema que iba por la alfombra guinda y sesga conforme pasan más días hacia el tapete peliagudo.
En esta misión diplomática,
Se oculta un enorme misterio,
Por la tardanza enigmática,
Y la teoría del gatuperio.
Hablando de definiciones, la precoz campaña de Ricardo Monreal Ávila para ocupar el cargo que dejará vacante Andrés Manuel López Obrador a partir del 1 de diciembre de 2024 pretende forzar a los gobernadores de Morena a que se definan a favor o en contra de él, metiendo en aprietos a mandatarios cuya prioridad, ahorita, es estar bien con el Presidente de México. ¿Cómo manejará el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, la coyuntura donde le debe gratitud a Monreal y lealtad a AMLO?