La efectividad de la vacuna contra coronavirus no importa tanto

    Optimistamente, las vacunas nos protegerían completamente de la infección, pero siendo realistas, el objetivo de la vacuna es darle a nuestro sistema inmune la suficiente protección para no sufrir una enfermedad grave.

    La vacunación contra el SARS-CoV-2 tuvo sus orígenes en Reino Unido con Margaret Keenan, la primera persona en el mundo en recibir la vacuna de Pfizer contra la Covid-19 en diciembre de 2020, una semana antes de su cumpleaños 91.

    A lo largo de todo este tiempo, ha surgido un fanatismo contra las vacunas en donde los egos son puestos por delante de la protección de vidas humanas.

    Algunas vacunas parecen tener mayor estatus que otras basándose en detalles como la eficacia reportada y el precio. Unas son percibidas como autos de lujo, mientras que otras son vistas como carcachas a punto de descomponerse y causar un accidente.

    Esta percepción es completamente equívoca y no tiene fundamento alguno.

    Cuando se desarrolla una vacuna se crean dos grupos, uno recibe la vacuna y otro recibe un placebo. Después, los participantes llevan a cabo su vida normal.

    En estos estudios, los científicos monitorean si los participantes se enferman de Covid-19 a lo largo de varios meses.

    Por ejemplo, en el estudio de Pfizer/BioNTech hubo 43 mil participantes. Al final, solo 170 personas se infectaron de Covid-19.

    Dependiendo de en donde se encuentren esos infectados es lo que determina la eficacia de la vacuna.

    Si esos 170 infectados se dividieran equitativamente en ambos grupos, significaría que da igual si recibes la vacuna o no, es decir, tiene un 0 por ciento de eficacia.

    Si los 170 infectados solo se encuentran en el grupo con placebo, quiere decir que la vacuna tiene un 100 por ciento de eficacia.

    En este estudio, hubo 162 infectados en el grupo placebo y solo 8 en el grupo que recibió la vacuna. Eso significa que los que recibieron la vacuna tuvieron 95% menos probabilidades de padecer Covid-19. La vacuna tiene un 95 por ciento de efectividad.

    Eso no significa que si 100 personas son vacunadas, 5 de ellas se enfermarán. El 95 por ciento se aplica a cada individuo. Cada persona vacunada tiene 95 por ciento menos probabilidades de enfermarse en comparación con una persona sin vacunar con cada exposición a Covid-19.

    La eficacia de cada vacuna es calculada de la misma manera. Sin embargo, cada vacuna llevó su ensayo clínico en circunstancias muy diferentes.

    Los estudios de las vacunas de Moderna y Pfizer/BioNTech se llevaron a cabo durante el verano de 2020 en Estados Unidos, cuando no había tantos casos activos de coronavirus en la población.

    Por otro lado, las vacunas de Cansino y Johnson & Johnson realizaron sus estudios en una época donde los participantes tenían más oportunidades de ser expuestos a una infección (cuando los casos activos estaban por las nubes).

    Sus ensayos también se realizaron en otros países como Sudáfrica y Brasil, donde las tasas de infección eran altas y el virus ya había mutado. La mayoría de los casos de Covid-19 en estos ensayos eran con variantes del virus y no la cepa original que prevalecía durante el verano 2020 en Estados Unidos.

    A pesar de esto, estas vacunas redujeron significativamente las infecciones.

    Si realmente quisiéramos comparar la efectividad de todas las vacunas, se necesitarían hacer estudios en la misma población y al mismo tiempo.

    Si volvieran a realizar los ensayos clínicos de las vacunas de Pfizer y Moderna al mismo tiempo que la de Cansino y J&J, observaríamos datos muy distintos.

    La eficacia solo nos dice que fue lo que pasó durante estos ensayos, no nos dice que pasará en el mundo real.

    De igual manera, prevenir la infección no siempre es el objetivo de una vacuna. En el caso del coronavirus, el propósito de la vacuna es entrenar a nuestro sistema inmune para prevenir una enfermedad seria, la hospitalización, y la muerte.

    Optimistamente, las vacunas nos protegerían completamente de la infección, pero siendo realistas, el objetivo de la vacuna es darle a nuestro sistema inmune la suficiente protección para no sufrir una enfermedad grave.

    Todas las vacunas contra Covid-19 hacen esto muy bien. Las vacunas tienen una gran efectividad en evitar que expiremos por una infección de coronavirus.

    La efectividad importa, pero no es lo más importante.

    La pregunta no es “¿qué vacuna me protegerá de una infección de coronavirus?”, sino “¿cuál evitará que muera de Covid-19?”.

    La respuesta es: cualquiera de ella.

    Con cada persona vacunada estamos más cerca de terminar esta pandemia y evitar que sigan apareciendo nuevas cepas más agresivas.