La voz en el instrumento más dulce y natural que posee el ser humano para cantar, hablar, comunicarse y transmitir sus emociones. Es un instrumento de cuerda y viento, porque el aire, en las cuerdas vocales, permite un tono y sonido determinado. A la vez, es un instrumento de viento, porque el aire pasa por un tubo que posibilita un timbre más o menos grave.
Ese prodigio de la voz brillará en el concierto que ofrecerá la OSSLA este jueves, a las 19:30 horas, bajo la conducción del maestro huésped, Enrique Patrón de Rueda. De igual forma, se ofrecerá el mismo programa en el concierto del sábado en la explanada del Ayuntamiento del Municipio de Rosario, a las 18:00 horas.
El prodigio de la voz resonará en la interpretación de la soprano mazatleca; Penélope Luna, quien conmoverá al público asistente con la obra Vocalise, de Sergei Rachmaninoff. Se trata de una dulce y nostálgica canción sin palabras, donde la soprano solamente realiza vocalizaciones que dramatizan la obra (el Concierto para una sola voz, de Saint Preux, que grabó Danielle Licari en 1969, es un ejemplo de la belleza de la melodía. Un ejemplo clásico lo es, también, la Bachiana Brasileira No 5, de Heitor Villa-Lobos). Para complementar su participación, Penélope Luna interpretará el Concierto para Soprano Coloratura, de Reinhold Gliére.
La segunda parte del programa incluye el suculento plato de la Sinfonía No. 5 de Tchaikovsky, quien la compuso para interpretar al cruel destino: “Introducción. Total resignación frente al destino o, lo que es igual, frente a la inescrutable predestinación de la Providencia. Allegro (I). Murmullos, dudas, lamentos y de nuevo reproches y vergüenza por el pasado. (II) ¿Debo arrojarme en brazos de la fe?”.
¿Construyo mi voz y mi destino?
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