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"Opinión"

"La cuarta temporada"

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    pabloayala2070@gmail.com

    Recuerdo con toda claridad la manera en que uno de mis amigos se rasgó las vestiduras frente a los que estábamos en esa reunión con la que iniciábamos los festejos decembrinos de 2018: "A mí las series de narcos no me gustan, porque son puro mugrero; además, si uno las ve manda el mensaje a Netflix de que queremos nuevas temporadas y normalizamos el tema del narco, convirtiéndolo en algo aspiracional".

    Seguramente me equivoco en dos o tres palabras de lo que literalmente dijo mi amigo, pero, en términos gruesos el mensaje es el mismo. Estoy seguro de tal literalidad, porque la discusión sobre su valoración con respecto a la primera temporada de Narcos México duró poco más de una hora. A toro pasado, debo confesar que, en esa ocasión, no estuve de acuerdo con los argumentos que él desprendió de su premisa porque me parecieron lapidarios: "ese tipo de serie es puro mugrero", el mensaje que manda confunde a la juventud y entroniza al narco. ¿Hasta dónde estas tres conclusiones son ciertas del todo?

    Antes de revisar con mayor detenimiento estos tres puntos, por si acaso usted no sabe de qué va la serie, le comparto la reseña de Wikipedia (recurro a esta fuente porque, para el caso, es más neutra que una reseña crítica especializada):

    "Narcos: México explora los orígenes de la guerra moderna contra las drogas remontándose a un tiempo en que el mundo del tráfico mexicano era una confederación desorganizada de cultivadores y comerciantes independientes. La serie traza el surgimiento del Cártel de Guadalajara en la década de 1980, cuando Félix Gallardo (Diego Luna) toma el timón, unificando a los traficantes para construir un imperio. Cuando el agente de la DEA Kiki Camarena (Michael Peña) traslada a su esposa e hijo desde California a Guadalajara para asumir un nuevo nombramiento, rápidamente se da cuenta de que su tarea será más desafiante de lo que jamás podría haber imaginado. A medida que Kiki obtiene inteligencia sobre Félix y se enreda más en su misión, se desarrolla una trágica cadena de eventos que afecta el tráfico de drogas y la guerra en su contra en los años venideros".

    Originalmente estuvo pensada para ser una temporada de la serie Narcos, pero al haber tanta tela de donde cortar en México, los productores decidieron hacer una serie paralela dedicada a nuestro país. Por razones que no expondré aquí, la nueva serie se preveía extender a cuatro temporadas, pero se quedó en dos.

    A estas alturas, probablemente, se preguntará: ¿a dónde va todo este cuento? ¿Qué sentido tiene hablar de una serie que, al parecer, no seguirá produciéndose? ¿Tal hecho le da la razón a mi amigo?

    Con relación al "mugrero", habría que decir que la serie convoca a un grupo de actores de primera. Por ejemplo, el papel de Miguel Ángel Félix Gallardo lo interpreta Diego Luna, Tenoch Huerta hace el de Rafael Caro Quintero, Joaquín Cosío actúa como Ernesto Fonseca (don Neto), Gerardo Taracena hace el papel de Pablo Acosta, Juan Nepomuceno Guerra es interpretado por el genial Jesús Ochoa, Andrés Almeida hace el rol del "Cochi Loco", a Juan José Esparragoza ("El Azul") lo interpreta Fermín Martínez y, entre otros muchos más, Julio Cedillo haciendo el papel del comandante González Calderoni. La trayectoria de estos actores deja poco lugar a las dudas: las actuaciones no son malas, siendo interpretadas por ellos.
    Respecto a la segunda reticencia de mi amigo, el mensaje confundente que lanza a la juventud, basta con ver la dinámica de vida y el sinnúmero de problemas que trae consigo vivir a salto de mata (y que representa bastante bien la serie) para que las ganas de pertenecer al mundillo del narco se esfumen en el acto.

    Dicha dinámica, así como los desenlaces fatales vividos por los protagonistas de la trama hacen poco creíble que ser Rafael Caro Quintero, don Neto, Amado Carrillo o Pablo Acosta sea un proyecto de vida al que cualquier joven quisiera aspirar.

    Entonces, más allá del entretenimiento, ¿qué otra cosa ofrece la serie? Más aún, ¿tendría sentido que Netflix retomara el proyecto para concluir la grabación de la tercera temporada e, incluso, arrancar una cuarta?

    Si tomamos en cuenta una de las declaraciones que recientemente hizo un funcionario del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, valdría la pena que Netflix intentara producir la cuarta temporada para terminar de comprender el funcionamiento de un "Narco Estado como México". Me explico.

    La manera en que se realizó su captura, los nombres que salieron a flote durante el juicio que se le hizo en Nueva York, la solicitud del gobierno mexicano para su regreso a México y la exoneración por parte la Fiscalía General de la República del exsecretario nacional de defensa, Salvador Cienfuegos, son la trama completa de la cuarta temporada de narcos México.

    La base del guión podría salir de la carta en la que Timothy J. Shea explica a Marcelo Ebrad las razones y el proceso seguido en la investigación que llevó a la captura de Cienfuegos, misma que pudimos conocer gracias a que el Presidente de la República ordenó a la Secretaría de Relaciones Exteriores la hiciera pública. Así, en un lacónico tweet, la Secretaría anunció lo siguiente: "En cumplimiento de la instrucción presidencial de este 15 de enero, se hace del conocimiento público la información sobre el caso del General retirado Salvador Cienfuegos Zepeda. bit.ly/3nNYdwW".

    Como era de esperarse, tanto la publicación del documento de 751 páginas, así como la decisión de la Fiscalía General de la República de declarar libre de culpa al ex Secretario de Defensa, generó un enorme malestar en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, haciendo explícito su interés por reabrir nuevamente el caso.

    En el ánimo de que los productores de la serie retomen el proyecto, porque, el desenlace de la cuarta temporada dará material de sobra para una quinta, quisiera proponerles unos títulos tentativos para cada episodio: 1) El viaje familiar; 2) Pasado y presente; 3) El Padrino; 4) El juicio; 5) La presión presidencial; 6) Negociación y liberación; 7) Regreso a casa; 8) El método Gertz; 9) 751 páginas; 10) No somos iguales.

    Por no dejar, van unas cuantas preguntas al margen: ¿Exonerar al "Padrino" forma parte de la estrategia anticorrupción del Presidente de México? ¿Es posible hacer pública la investigación realizada por Gertz Manero? ¿Quién gobierna en México?