El síndrome de la caja de resonancia es un término que se utiliza para describir la situación en la que la información, opiniones o comportamientos son amplificados y repetidos a través de diferentes plataformas de comunicación, como las redes sociales, creando un efecto de eco. En este fenómeno, las ideas se refuerzan constantemente al ser repetidas por diversos actores, lo que puede alterar la percepción de la realidad. De hecho, no son un síntoma de redes sociales, son precisamente la columna vertebral de algoritmo, el algoritmo está programado para mostrarnos solo aquello que nos interesa, y nuestras reacciones van indicándole que nos hace sentir mejor o reafirma nuestras creencias, lo que en teoría, generaría más y mejores condiciones para que yo pase más tiempo en esa red, y por lo tanto, sea un sujeto mucho más “rentable” en términos de mercadeo.
Una nota importante, es que esta caja de resonancia, no se limita a las redes, nuestro comportamiento también está basado en nuestras creencias, experiencias, juicios y eso nos hace encontrar y relacionarnos principalmente con personas con las que compartimos estas bases ideológicas. Es decir; en un ejercicio electoral, yo estaría más cerca de personas afines políticamente con mis ideales, y entre nosotros, nos reforzaríamos las creencias que nos convengan, afectando profundamente nuestra percepción de la realidad.
He insistido en columnas anteriores que el ejercicio electoral resulta rentable (es decir; es un buen negocio) para muchos actores y por ello se mantiene prácticamente igual desde que los estados democráticos empezaron, pero creer que la democracia se limita a la campaña electoral, es tener una visión muy estrecha de lo que la participación ciudadana significa.
México celebra a su primer mujer Presidenta en la historia que tenemos como República, un breve suspiro de progreso democrático, fuera de allí, para las grandes mayorías, incluso para muchas de aquellas 35 millones de personas que votaron por Claudia y su proyecto, resulta profundamente irrelevante quién gane la elección. México desde hace algunos años, atraviesa por crisis enormes que van más allá de los partidos políticos y sus gobiernos, y solo la participación activa de su ciudadanía, incluida la de los partidos políticos de todos los frentes, nos permitirán salir de ellas.
Para que eso suceda, es importante que la oposición a partir de ya, asuma las responsabilidades que le correspondan, para subir el nivel de debate público, proyecto de gobierno, y exigencia al partido hegemónico.
Para ello, habría que darse cuenta de algunas reflexiones que tendrían que transformarse en aprendizajes.
Las redes sociales no son el mundo real, con todo y lo que eso implica.
No se puede presumir de un cambio, con los mismos candidatos que han participado de la situación en la que el país se encuentra.
Las cúpulas partidistas están dispuestas a llevar al suelo a sus partidos mientras ellos queden bien librados.
Es obligatorio un cambio de narrativa.
Es imperativo reconocer errores, desterrar paradigmas, abrir los ojos, escuchar al electorado (TODO) y deshacer esa alianza, es momento de encontrar en cada partido, el resurgimiento ideológico que los representa.
Y lo más importante de todo, SALIR DE LA CAJA DE RESONANCIA, es lo único que les permitirá construir sobre lo aprendido y por supuesto un proyecto, decir que algo NO funciona, no es suficiente, es necesario un PROYECTO.
Ojalá que este sexenio, represente un camino distinto, más incluyente, más justo, con nuestra Presidenta o sin ella.
Gracias por leer hasta aquí. Nos leemos pronto.
Es cuánto.
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@isaacarangureconacentoenlae
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