"La bronca que la UAS le echó a Quirino. Acusar y difamar, la ruin táctica uaseña"
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En la desesperación por la asfixia financiera en que hunde a la Universidad Autónoma de Sinaloa, el Rector Juan Eulogio Guerra Liera arriesgó la relación con uno de los pocos aliados que tiene en el gobierno al tratar de endosarle a Quirino Ordaz Coppel el problema estructural que arrastra la casa de estudios y que impidió pagarle a tiempo a sus trabajadores la segunda quincena de marzo. Saben bien las autoridades universitarias cuál es el fondo del problema, pero están postergando la atención de los requisitos que la Cuarta Transformación les exige cumplir.
Desde diferentes frentes se le ha solicitado al cuerpo directivo de la UAS que ordene sus procesos administrativos, transparente el uso de los recursos públicos e implemente acciones de austeridad dispuestas por la Secretaría de Educación Pública. Pero, ¿qué hace? Acusa a quienes le exigen disciplina financiera y rendición de cuentas de ser enemigos de la casa de estudios y quien se atreva a reflexionar sobre el tema recibe la colérica andanada de los “defensores” del “límpido” campus rosalino, por supuesto, toman buena parte del botín.
No hay peor sordo que aquel que no quiere oír. Ni peor venda que aquella de billetes que la Universidad les pone a sus iracundos pasquineros. Y desde esa consejería tenebrosa el primero de marzo se le recomendó al Rector que activara el cuarto de guerra, pero ahora contra quien ha apoyado a la institución quizás como ningún otro gobernador lo ha hecho: Quirino Ordaz Coppel.
El alma máter, ese entrañable baluarte moral que es de todos los sinaloenses, tiene que ser defendida por todos y los derechos de los trabajadores deben ponerse a salvo de cuestiones que no tienen nada que ver con ataques a la autonomía o con adversarios fantasmales que en la estrategia de la victimización atormentan la mente febril de los medrosos. Más claro: vale la pena correr todos los riesgos, soportar las infamias que tan caras las cobran a la UAS los calumniosos, cuando se trata de colocar un planteamiento que rescate a la Universidad de sus captores.
Desde el 31 de marzo se activaron al interior de la UAS los operativos de fake news en redes sociales, así como en las plataformas que existen para manipular a maestros y estudiantes, y en los grupos de choque que hacen la labor más sucia, para que le dieran vuelo a la versión de que Quirino Ordaz Coppel tenía retenidos 50 millones de pesos que correspondían al pago de salarios a académicos y administrativos.
La realidad es que a principios de diciembre de 2019 el Gobierno del Estado salió a resolver el déficit financiero de la UAS prestándole 200 millones de pesos para que atendiera compromisos de fin de año y estos los pagaría la institución educativa en cuatro pagos de 50 millones de pesos cada uno, siendo uno de los abonos el del 30 de marzo. ¿Es gratitud acusar de jugar chueco a quién ayudó a solventar la insuficiencia presupuestal de cierre del año pasado?
Es totalmente justificable que el Gobierno de Sinaloa haga uso de todos los recursos financieros disponibles para enfrentar la actual emergencia por el aumento de contagios de coronavirus, en vez de funcionar, al menos no por hoy, como salvador de entidades públicas quebradas. Este es el verdadero contexto donde la UAS trató de enfrentar a sus trabajadores con al Gobernador, aun sabiendo que la contingencia plantea el apremio de atender a la población amenazada por el Covid-19 y hacerlo en un escenario de plena unidad social.
De tal tamaño fue la descompostura en los directivos universitarios que Quirino Ordaz, como poco lo acostumbra, tuvo que salir a aclarar a la opinión pública que la UAS trató de meterlo en un conflicto que no es del Gobernador. “Y yo digo, ¿qué culpa tengo de esa bronca? Es un convenio entre ellos, de repente me tacharon de insensible, pero aquí estoy dando la cara y viendo a los ojos a quien sea porque yo en todo momento he apoyado a la UAS, ahí están las pruebas y lo sabe el Rector y lo saben los universitarios”, dijo.
Las universidades públicas del País requieren de la mediación de los gobernadores en tanto la federación determina el esquema mediante el cual asignará el presupuesto a las instituciones de educación superior, un mecanismo que quedará listo en 2020, aunque la emergencia por coronavirus lo podría retrasar hasta el próximo año. Y por si alguien no lo sabe, o lo duda a estas alturas, la UAS se ha retrasado en la transparencia y optimización del dinero que recibe.
Echársele a la yugular del Gobernador con la misma táctica tan socorrida que se endereza contra quien se atreve a soplarle al polvo de los oscuros reinos de Juan Eulogio Guerra Liera, para lo único que sirvió es para debilitarle a la UAS uno de los gestores que le ha otorgado todo lo que le ha pedido porque entiende que los recintos rosalinos pervivirán, no así los que hoy ocupan el poder uaseño.
Reverso
Lo acusaron de insensible,
Y olvidaron los favores,
Con igual estilo irascible,
Y los mismos golpeadores.
Coperacha emergente
Al dictar sentencia contra María Alejandra Gil Álvarez como la parte más delgada de la gruesa soga de corrupción en el caso Echeverría Aispuro, la juez con temple de hierro Sara Bruna Quiñónez Estrada dudó incluso que quien fuera Secretario de Salud durante el gobierno de Mario López Valdez haya pagado los 7 millones de pesos de aquel trato en el que se le concedió regresar la mitad, y en abonos, de los 14 millones de pesos irregularmente manejados. Ese recurso público se necesita hoy más que nunca y ayudaría mucho que los políticos que saquearon las finanzas estatales devuelvan, como gesto de buena voluntad hacia la población amenazada por el coronavirus, las sumas que ilegítimamente tomaron.