"La ASE que imaginó Marco Antonio Fox. Reformas pendientes seis años después"
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Antes de fallecer en aquel extraño accidente carretero del 17 de abril de 2014, Marco Antonio Fox Cruz, considerado el mejor titular que ha tenido la Auditoría Superior del Estado, promovió propuestas para darle a Sinaloa el moderno y eficaz órgano fiscalizador con atribuciones de vincular lo local con lo nacional en materia de investigación, dictaminación y sanción de delitos contra las finanzas públicas, y crearle a la ASE una Comisión Ciudadana de Vigilancia que la acompañe y respalde en sus deliberaciones y hacerla menos rehén de las Legislaturas en turno.
Codo a codo con el entonces Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Jiménez, Fox Cruz veía que al ser sometida la ASE a los intereses del partido con mayoría calificada o absoluta del Congreso del Estado, las cuentas públicas de los entes fiscalizados se definían con base a criterios políticos y no con los fundamentos legales del sistema de rendición de cuentas. Una década y media después los hechos le siguen dando la razón.
En la presente coyuntura donde el control de la ASE vuelve a ser disputado por la bancada numéricamente dominante del Movimiento Regeneración Nacional, y el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional que se ve rebasado al revisarse y rechazarse el ejercicio presupuestal de alcaldes y gobierno estatal priistas, correspondiente a 2018, bien valdría la pena asentar los ánimos e ir por la gran reforma pendiente en materia de Auditoría Mayor.
Más allá de las grescas por las cuentas públicas, a los diputados de Morena y del PRI se les presenta la oportunidad de trascender con una 63 Legislatura que modernice y legitime la función de la ASE para que en lo sucesivo posea capacidad técnica, piso jurídico y confianza social que permitan resolutivos firmes y mano dura contra aquellos que continúan creyendo que en lugar de recursos públicos para que los administren con honestidad, lo que reciben son fondos ilimitados para el derroche y la expoliación.
Fox Cruz, en un convenio firmado el 15 de febrero de 2010 y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de marzo del mismo año, acordó con la ASF mayor cooperación con la ASE en la revisión y fiscalización, a partir de la cuenta pública del ejercicio fiscal 2009, de los recursos federales transferidos a Sinaloa y sus municipios y, en general, a cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada, que los haya recibido, administrado, manejado o aplicado.
Advertía desde entonces que la politización de las cuentas públicas se utiliza como garrote blandido contra los opositores al partido que controla el Congreso del Estado y aconsejaba que la Auditoría Mayor federal se hiciera cargo de enderezar las denuncias en los casos de demostrada comisión de ilícitos, sacando del ámbito local una cuestión que difícilmente iba a prosperar en la riña por el dominio del Poder Legislativo y el consecuente debilitamiento de la obligación revisora de la ASE.
Otra iniciativa que apoyó fue el funcionamiento de la Comisión de Vigilancia de la ASE, una especie de órgano ciudadano que con autonomía supervise los trabajos de fiscalización para que se apeguen a estricto orden jurídico y con atribuciones también para empujar a que el Congreso actúe con criterios imparciales al revisar aprobar o rechazar lo que la Auditoría Mayor dictamine. Con esta instancia de la sociedad se elevaría la credibilidad en la rendición de cuentas y se velaría por la determinación de sanciones penales contra la comisión de delitos contra el patrimonio público.
En 2010, quien también fue Secretario de Hacienda Pública y Tesorería del Gobierno del Estado durante el gobierno de Renato Vega Alvarado (1993-1998), participó en las negociaciones para establecer el Sistema Nacional de Fiscalización, junto a Rafael Morgan Ríos, que se desempeñaba como Subsecretario de Control y Auditoría de la Gestión Pública de la Secretaría de la Función Pública federal. El propósito central consistía en generar los mecanismos de coordinación entre las instituciones federales, estatales y municipales encargadas de auditar los recursos públicos y avanzar más rápido en el combate a la corrupción.
El tiempo pasó y aquellos propósitos del ex Auditor Superior se fueron quedando en el olvido. La guerra entre los fraudeadores y el sistema de rendición de cuenta la continúan ganando los primeros y todo porque la ley se convierte en la enorme cobija que cubre a los del bando en el poder y los contrarios persiguen a atracadores fantasmales que difícilmente responden ante la justicia por las afectaciones a los recursos públicos.
La ASE tiene pendientes de implementar las grandes transformaciones que Marco Antonio Fox Cruz preparaba, pero que truncó aquel percance de hace más de seis años. Mientras el ente fiscalizador se halla cercado por apetitos que pretenden reducirlo a simple despacho contable que revisa las cuentas pero no resuelve sobre éstas, el tiempo corre aprisa y los sinaloenses seguimos viendo pasar las pillerías que son absueltas o escandalizadas según tenga o no el desfalcador la simpatía del grupo político que controla el Congreso.
Reverso
Si necesitan algo de luz,
En genuina fiscalización,
Ahí Marco Antonio Fox Cruz,
Les dejó una buena lección.
Remiendos a la ASE
Por supuesto que la iniciativa de reformas a la Ley de la Auditoría Superior del Estado que ayer recibió primera lectura en el Pleno del Congreso no es la adecuación profunda de dicha norma que envejeció frente a los renovados apetitos por saquear los recursos públicos, con la única certidumbre posible: la impunidad es licencia para robar.