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Más de mil 300 casos de coronavirus confirmados en el estado, superando las 185 defunciones, Sinaloa repunta en la estadística nacional por contagios y letalidad, Culiacán el epicentro del virus, Ahome y Mazatlán creciendo en la tabla a un ritmo acelerado, de continuar la tendencia los hospitales del puerto quedarán sin camas.
Desde el pico más alto de contagios en las gráficas nacionales y estatales, el Alcalde de Mazatlán hace una apuesta arriesgada. Por sus ganas, el domingo 10 de mayo los restaurantes podrán abrir puertas y recibir comensales, siempre que se respete la sana distancia y solo se disponga del 40 por ciento de la capacidad de los locales. ¿Dónde nace esta ocurrencia?
Luis Guillermo Benítez anunció en enero del presente año sus intenciones para buscar la Gubernatura de Sinaloa en el 2021. A principios de este año se “autodestapó” como aspirante afirmando en diversos medios de comunicación que “si se lo pide AMLO” él podría competir para el cargo.
Echándose porras solo, dijo en febrero que su gobierno ha sido ejemplo para la 4T y que tendría amplias posibilidades de ganar. Primero logrando la postulación de su partido y luego en las elecciones constitucionales del próximo año. Habló fuerte contra el Senador Rocha Moya, a quien entre los partidarios y militantes de Morena lo llama “priista converso”, por representar según él, los intereses del PRI en el partido de Andrés Manuel. En eso no anda tan equivocado.
Para lograr la candidatura, el Alcalde mazatleco necesita elementos diferenciadores, romper la inercia de las grises administraciones morenistas en el estado contando una nueva historia. Un proceso de reconstrucción del “storytelling” como dicen los posmodernos de la comunicación en campañas. Pasar de aquél Químico que antes fuera enemigo del empresariado local, a un nuevo líder que enarbole sus banderas, buscando en ello el aplauso de las cámaras y de miles de mazatlecos que están listos para romper la cuarentena este fin de semana.
Esta idea de una política “disruptiva” no es nueva en Benítez Torres, ya lo había intentado en el principio de la pandemia cuando decidió ir en contra de las disposiciones estatales y federales prorrogando el cierre de gimnasios, bares, casinos y las playas. “Mazatlán se cuece aparte” dijo en su momento, pero las circunstancias y las autoridades de salud lo obligaron a comerse sus palabras.
Ahora, en una temeraria decisión, sin importar el crecimiento de casos confirmados en el puerto, sin importarle las recomendaciones de Hugo López Gatell y mucho menos las indicaciones de Efrén Encinas y Quirino Ordaz Coppel, “El Químico” va contra todos y va por todo. ¿Será buena idea?
Hace apenas una semana, Culiacán atestiguó verdaderos actos de irracionalidad, miles de ciudadanos decidieron arriesgar todo por comprar una pizza o un pastel. Es clara la explicación del preocupante lugar que ocupa Sinaloa en la tabla de contagios y letalidad. Por este camino va la decisión del Alcalde, quiere aplausos fáciles y los va a conseguir, el líder de la Canaco en el puerto ya comenzó el alabastro. “El Químico” construye alianzas a costillas de la salud de sus gobernados.
Pero el resultado final de esta arriesgadísima apuesta se contará semanas más adelante, cuando se tengan datos del comportamiento de los contagios en Mazatlán. Mientras tanto Quirino recibe una nueva afrenta del munícipe demostrándole que en Mazatlán el Gobernador no manda y que los acuerdos tomados por el estado y los municipios son letras sobre papel ante la empoderada figura municipal. ¿Quién le hace el trabajo político al Gobernador? ¿Le pondrán un alto al mentado Químico? Luego le seguimos…