El Gustavo, a propósito de cierta conversación: “Juárez no sólo hablaba inglés. Por lo menos, leía en francés y es muy posible que también en alemán, de lo que puede conjeturarse que leyó algunas partes, por lo menos, de la obra Zum ewigen Frieden. Ein Philosophischer Entwurf (1795), de Immanuel Kant, muy posiblemente, además, de una idea tomada de la obra del Abad de Saint Pierre, que es un ensayo acerca del proyecto de una Confederación Europea, titulado La paz perpetua. Si Juárez comenzó a aprender el español entre los 14 y 15 años ¿Qué problema sería hincarle el diente a otro idioma? Era ambicioso, aspiracionista, y dejó atrás, sepultada por completo, su condición de indio zapoteco. En los ‘Apuntes para mis hijos’, comienza de esta forma: ‘Yo nací en un pueblito de la zona zapoteca de Oaxaca donde la gente vive en la más estúpida miseria’”.
El Ignacio dice: “Juárez tenía dos hijos y concubina cuando se casó con Margarita Maza”.
A lo que el Gus añade: “Por supuesto: Juárez se casó a los 37 años con Margarita, de 16. Era Secretario General en el gobierno del santanista Antonio León. Margarita era expósita, adoptada por el matrimonio Maza, aunque la sospecha era que posiblemente era una hija ‘clandestina’ de don Antonio, pero como sea, por esa condición, no tenía posibilidades de casarse con un ‘señorito bien’ de Oaxaca y Juárez vio la oportunidad de matrimoniarse con una señorita blanquita y ‘presentable’ para su ascenso político. Esa práctica se ha mantenido a la fecha entre políticos que ascienden desde una condición social ‘popular’. Carlos Fuentes, en su novela La muerte de Artemio Cruz, revela la fórmula de los matrimonios de ‘revolucionarios’ con señoritas porfirianas de familia arruinada: ‘Me das lana, te doy clase; me das clase, te doy lana’. Ningún revolucionario se casó con una soldadera, Cárdenas -¡tan populachero!- se casó con una nena rica de origen español.
Felícitas era hija de Juárez y se casó con Delfín Sánchez, un ‘niño popis’ que era famoso por sus escándalos en tabernas y prostíbulos. Como no tenía oportunidad con ‘las señoritas decentes’, se armó el compromiso con una de las hijas del Benemérito y, en la ceremonia de petición de mano, llevado por la fama pública que en los salones de las ‘familias decentes’ decían de Juárez y su radicalismo liberal, le dijo en voz baja: ‘Señor Presidente, el matrimonio podría ser solo por el civil’, y Juárez replicó: ‘¿Que se ha creído usted, que mi hija es una ramera?’ Por cierto, Juárez regresó al país vía Panamá, se presentó con Juan Álvarez para incorporarse a lo que se llamó ‘Revolución de Ayutla’, porque Santa Anna le retiró el manejo de la Aduana de Acapulco. Le encargó el cuidado de los caballos al abogado recién llegado, a quien Álvarez veía con desconfianza, porque le parecía muy raro que un indio ‘hablara inglés’”.
Por cierto, “Delfín Sánchez Juárez, 1918-1984, fue Embajador de México en La Haya, en Belgrado, en Varsovia, en Guatemala. Delfín Sánchez Juárez era bisnieto de Manuel Dublán y Juana Maza. Juana Maza era hermana de Margarita Maza. Delfín Sánchez Juárez estudió en España, Portugal, Bélgica y Derecho en la UNAM. En 1971, Delfín Sánchez Juárez, como Alcalde del municipio de Benito Juárez, censuró la representación de la obra ‘Los chicos de la banda’. En 1976 Delfín Sánchez Juárez fue vocero de prensa de la delegación mexicana ante Naciones Unidas”. https://dees.abcdef.wiki/wiki/Delf%C3%ADn_S%C3%A1nchez_Ju%C3%A1rez