Jesús Estrada frente a sus obcecaciones. Hoy el desafuero, luego lo trascendental

OBSERVATORIO
    De cumplirse aquello que los culiacanenses creen que sucederá, que es quitarle el fuero a Estrada para que sea enjuiciado por los delitos que acusa la Fiscalía, más los que se acumulen, el impacto será moderado por lo predecible que se ha vuelto el resolutivo del juicio político. Lo que viene después es lo que otra vez retará la capacidad de asombro de los sinaloenses y le ofrendará nuevos y suculentos bocados al morbo público.

    Erigido en Jurado de Acusación, el Congreso del Estado decidirá hoy, si es que de última hora no da un viraje repentino, quitarle el fuero constitucional al Alcalde de Culiacán con licencia, Jesús Estrada Ferreiro, para que enfrente las acusaciones que le formula la Fiscalía General del Estado por presuntos delitos de corrupción, abuso de autoridad y discriminación. Sin embargo, por tratarse de un veredicto muy adivinable, lo interesante será la secuencia de hechos, pactos y reacomodos que desencadene el dictamen de la Comisión Instructora.

    Esto es un juicio político, liso y llano, que ocasionará que el resto de los alcaldes se midan a sí mismos en las circunstancias en que desempeñan tal responsabilidad. Quedará escrita la nueva cláusula en el moderno manual del poder público que determina que hay formas de discrepar con las jerarquías y niveles, pero sin la chifladura del chivo en cristalería que rompe los límites entre la civilidad y la insolencia. Pudo haber sido peor para Culiacán ponerlo dos años y medio más a cargo de Estrada Ferreiro.

    Lo que se prevé es que las carpetas de investigación CLN/UETC/003935/2022/CI y su acumulada, así como la FGE/FECC/002/2022/CI, han sido integradas con pruebas suficientes para que la mayoría de diputados decida que Estrada sea puesto a disposición de la Unidad del Ministerio Público de lo Penal de Tramitación Común de la Región Centro, y de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, al perder el cargo de Presidente Municipal en tanto las autoridades competentes lo declaran culpable o inocente. Más allá de formalismos jurídicos, sucederá que en presencia del acusado se decidirá mucho más que sobre un municipio, porque el efecto expansivo de la resolución alcanza a todo Sinaloa.

    Es de suponer que la Fiscalía y la 64 Legislatura, más los demás engranajes que no participan directamente pero que sí pueden mover o atorar la maquinaria del juicio político, han acorazado tanto el procedimiento a tal grado de blindarlo de errores. Inimaginable que el propósito del escarmiento a quienes en situación de ilegalidad alientan la ingobernabilidad trasmute a un parto de los montes donde dicha intención correctiva fracase e incite la risión pública.

    Aunque el hecho de que salga de la montaña un ratón o elefante depende de cómo se enlacen los acontecimientos durante y después de la plenaria de hoy del Congreso del Estado. La curiosidad ciudadana estará atenta en ver, por ejemplo, cómo votan los integrantes de las bancadas en un momento clave del parlamentarismo donde la unanimidad sí importa. En el caso particular del Partido Sinaloense ¿apoyará el dictamen de la Instructora, se abstendrá o le sostendrá el respaldo a Jesús Estrada?

    Enseguida, será indispensable leer los mensajes entre líneas de a quién designará el Congreso para desempeñar el cargo que le quita a Estrada, ya sea que prolongue tal responsabilidad que el Cabildo le otorgó a la pasista María del Rosario Valdez Páez, que el Legislativo opte por nombrar a otro interino, mujer u hombre, o bien que el relevo sea producto de consensos entre las fuerzas políticas participantes. De aquí se desprende la posibilidad de que los regidores, según como les vaya en la feria, concreten o retiren la controversia constitucional para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación decida si es atribución del Congreso o de la Comuna la designación del Alcalde relevista.

    Otra definición que requiere la atención ciudadana consiste en cómo será involucrado o exonerado el equipo de colaboradores de Estrada Ferreiro en la comisión de los delitos que la Fiscalía le atribuye al Alcalde con licencia en vías de destitución. De estar implicados algunos de éstos en las carpetas de investigación tendrán que renunciar a sus puestos para atender las diligencias ministeriales.

    De la misma forma vale dirigir la atención hacia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la actitud que guarde Palacio Nacional respecto a la decisión que tome hoy la Comisión Instructora. Sea cual sea el fallo, inclusive la descabellada posibilidad del perdón, es imposible que sea tomado sin el visto del Presidente. Estrada se alejó del lineamiento “por el bien de todos, primero los pobres”, insignia de la Cuarta Transformación, y este día se verá que tan dura o blanda es la reprensión.

    En fin, de cumplirse aquello que los culiacanenses creen que sucederá, que es quitarle el fuero a Estrada para que sea enjuiciado por los delitos que acusa la Fiscalía, más los que se acumulen, el impacto será moderado por lo predecible que se ha vuelto el resolutivo del juicio político. Lo que viene después es lo que otra vez retará la capacidad de asombro de los sinaloenses y le ofrendará nuevos y suculentos bocados al morbo público.

    ¿Están atentos a esto los demás pillos de la política?

    Reverso

    Ya ni caso tiene la guillotina,

    Porque solito el acusado,

    Dicho a dicho ha instalado,

    El cadalso al que se encamina.

    La enmienda mazatleca

    Qué terquedad esa de estar volteando en esta coyuntura crucial hacia el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, como si la suspicacia ciudadana no tuviera más qué hacer. Y qué obstinación la de decir que “El Químico” tiene diez veces más causales que las que se le acopiaron a Estrada Ferreiro para llevarlo a juicio político. ¿Será que la sociedad marismeña, la que nunca se equivoca, quiere que se repita aquel 2002 cuando el Congreso corrigió el desliz de la democracia al destituir de la Presidencia Municipal al petista Jorge Rodríguez Pasos?