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"OPINIÓN"

"Izquierdistas"

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    lqteran@yahoo.com.mx

     

    Nos encontramos en plena contingencia por el coronavirus -Covid-19-, con la certeza de que pronto habremos de haber superado la crisis sanitaria y el País retome su ritmo de normalidad, confiados en el optimismo de sus habitantes, en la recuperación pronta de su economía, para retomar todos los aspectos de su vida cotidiana.

    Confiados en que se reactivará el desarrollo, tal como lo vaticinó el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su informe a la Nación, el 5 del presente mes: el pesimismo de las minorías va a ser superado y la realidad va a retomar su cauce.

    Existe una corriente de opinión ultraizquierdista, localizada particularmente en los círculos académicos, que coincide con la derecha en sus críticas al Presidente. Parece que su apuesta es por el fracaso del plan económico de regeneración nacional. Se oponen, como las dos puntas de Uróboros, esa serpiente que se mordía la cola a sí misma, todo lo que huela a progreso: al Tren Maya, a la construcción de la refinería de Dos Bocas y al nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, saboteándolos, a más no poder, con amparos si ton ni son que les conceden jueces venales, de esos que echaron a perder el sistema jurídico. En otras palabras, se están oponiendo a todo lo que represente progreso en el País.

    Pero la ciudadanía está segura de que quienes precisamente van a fracasar en sus presagios van a ser la derecha y los izquierdistas trasnochados que coinciden con ella; sus razonamientos corresponden a un pasado que no volverá, no tienen fundamentos ni en la historia ni en la realidad del País; se va a corroborar pronto lo equivocado de las críticas de los opositores al gobierno.
    Lo que es innegable e indiscutible es el cambio en el País, que cuenta con el apoyo popular de los estratos pobres y clase media, esa es una verdad de a kilo que se palpa en todos los ámbitos de la sociedad.
    Mucho de la gritería opositora no pasa de ser politiquería barata, no incide en el ánimo de los ciudadanos, porque la sociedad en general piensa y actúa de acuerdo a sus propios intereses; y este gobierno viene actuando de acuerdo a los intereses primogénitos de los desposeídos, pero también sin dejar de impulsar programas que beneficien a la sociedad en general, eso se ve claramente.
    Por primera vez en muchos años, el País tiene un Presidente con apoyo abrumadoramente mayoritario. Lo anterior se afirma apoyado en múltiples expresiones de la ciudadanía, y se va a corroborar en toda su dimensión en las elecciones del próximo 2021; a ver si así entienden la realidad que priva en el territorio nacional tanto la derecha derrotada como los izquierdistas, quienes viven en una realidad inexistente.

    El pueblo, como se ha dicho acertadamente, es mucha pieza; no puede dársele, como en el pasado, gato por liebre, de ninguna manera; los ciudadanos saben discernir entre lo positivo y lo negativo, tan sencillo como eso. Deberían los académicos con vocación derechista explicar a la sociedad en qué fundan su escepticismo en torno a las políticas públicas actuales, porque lo que hasta hoy hemos escuchado no pasan de los clásicos lugares comunes, con un léxico lleno de denuestos y dubitación.

    La actual emergencia sanitaria, provocada por el coronavirus Covid-19, sin duda dejará en la memoria de los mexicanos ricas experiencias, lamentables decesos que nadie desea, desafíos para la recuperación económica. Habrá que seguir adelante en la búsqueda de lo mejor, para revitalizar el desarrollo de esta gran Nación, siguiendo la ruta trazada hasta convertirla en una de las más desarrolladas del mundo. Tenemos todo para lograrlo, sin falsas jactancias, es cuestión de hacer un recuento de los recursos naturales con que cuenta el País para comprobarlo. Sabemos hasta la saciedad las causas del atraso en su desarrollo, sería ocioso señalarlo por tan conocido por la sociedad.
    El estado de Sinaloa es un ejemplo de la pujanza económica del País, no habrá resquemores en el futuro, todo lo contrario: los mexicanos son afortunados, por primera ocasión en mucho tiempo cuentan con un Gobierno federal idóneo para el despegue de la economía a dimensiones inconcebibles y para trazar una nueva fisonomía -más avanzada, equitativa y democrática- en el conjunto del entramado social.