“Escuchen señores, oigan el corrido de un triste acontecimiento, pues en Chinameca fue muerto a mansalva Zapata, el gran insurrecto. Abril de 1919, en la memoria quedarás del campesino como una mancha en la historia...” Así está plasmado en el Corrido de la muerte de Emiliano Zapata y justo hoy 10 de abril, se conmemora el fallecimiento del caudillo del sur, quien cayó en una celada que le armó el carrancista Pablo González y ejecutada por Jesús Guajardo.
Y este 10 de abril del 22 también quedará registrado en la historia nacional, el primer ejercicio de revocación de mandato en torno a un Presidente de la República. Esperemos que sea para bien y no se convierta en una mancha en la historia, tal y como lo alude el corrido que reseña la muerte del general Zapata, el revolucionario que no quiso sentarse en la silla presidencial, argumentando que estaba maldita, pues envolvía en el hechizo del poder a sus ocupantes. El tiempo le ha dado la razón.
Y tiempos traen tiempos, pues que esperanzas que hace algunos años, se hablara del derecho de recurrir a la eutanasia como medida para librarse del sufrimiento que causa algún padecimiento incurable y que quien lo sufre, lo que menos tiene es calidad de vida.
Recuerdo vívidamente que los medios de comunicación nos hicieron saber que el Papa Juan Pablo II, en estado agónico, no aceptó que se le practicaran intervenciones médicas para continuar preservándole la vida, es decir, ejercitó su voluntad para que se le diera paso a lo que se llama eutanasia pasiva, y de esa manera, permitir que arribara la muerte sin mayores preámbulos.
Hace algunos días el actor francés Alain Delon, volvió a poner ante el ojo público el tema de la voluntad de morir anticipadamente, al declarar que solicitará a las autoridades suizas que se le autorice recurrir a la eutanasia, pues la vida ya le resulta insoportable, por las secuelas que le dejó un accidente cerebrovascular y por ello, quiere tener una muerte digna.
Delon radica en Suiza, país en el que está legalizado el ejercicio de la autonomía individual para anticipar el momento de la muerte, al igual que en Bélgica, Luxemburgo y Holanda, pionera en dicha práctica. En Colombia también cuentan con norma federal al respecto, y de manera estatal, está regulada en algunas entidades de los Estados Unidos y de México.
La eutanasia es un acto, que desde el punto de vista religioso es condenable, alegando que solo la voluntad divina es la que marca el momento final de cada persona. Por otro lado, algunos médicos, por convicciones éticas, niegan la posibilidad de realizar intervenciones para anticipar la muerte de una persona, argumentando que su saber está para preservar la vida de sus pacientes, sin importar las condiciones en las que se encuentren.
Partiendo del hecho irrefutable de que los avances de la ciencia han logrado incrementar las expectativas de vida; es decir, alargamiento del existir terrenal, pero no, mayor calidad de vida. Esta circunstancia se convertirá en un factor tendiente a incrementar las posibilidades de que mucha gente, tome la opción de la muerte anticipada.
La eutanasia, técnicamente presenta muchas variables y en base en ello han surgido diversas legislaciones. En el caso de nuestro país, en algunos estados de la República está normada la ortotanasia, la cual consiste en intervenciones médicas que no procuran el alivio del paciente afectado por una enfermedad terminal, sino el acompañamiento terapéutico que le haga lo menos doloroso posible la llegada al punto final de su existencia.
Lo anterior está plasmado en la llamada Ley de Voluntad Anticipada, a través de la cual, se le marca el procedimiento a seguir, a lo sujetos interesados en dejar por escrito, que sí y que no, se acepta en caso de verse metido en una situación de salud de irremediable cura.
Interesante legislación que todavía no se cuenta dentro del bagaje jurídico sinaloense ¡Buenos días!