Para nadie es una sorpresa que los océanos del mundo son menos abundantes por causas como la sobrepesca, la contaminación y la destrucción de hábitats marinos, y que, en muchas ocasiones, son las personas que viven del mar quienes se organizan y toman acciones para revertir esta situación. Lo mínimo que se espera de las autoridades es que actúen a la altura de las y los pescadores que son guardianes de nuestros mares.
En México, el 27.5 por ciento de las pesquerías están en deterioro, de acuerdo con los datos de 2022 de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) (1). Frente a este escenario urge recuperar la abundancia de nuestros mares y las comunidades pesqueras son conscientes de ello por lo que hacen uso de herramientas como las Zonas de Refugio Pesquero para la conservación y aprovechamiento sustentable de la flora y fauna marina.
Estos espacios son tan relevantes para preservar y proteger especies pesqueras y el ambiente que los rodea que, el mismo gobierno mexicano las contabiliza dentro de las cifras de conservación que reporta a nivel internacional (2). Actualmente en México hay más de 750 mil hectáreas consideradas Zonas de Refugios Pesqueros, la mayoría se encuentran en Baja California Sur y Quintana Roo (3).
La creación de una Zona de Refugio Pesquero es un acto comunitario. Son las y los pescadores quienes lideran esta iniciativa, con el apoyo de autoridades locales y estatales, academia y organizaciones de la sociedad civil, desarrollan una propuesta con bases científicas, legales y sociales para presentarla ante la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), autoridad responsable de autorizarla con el aval técnico del Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA).
Las comunidades pesqueras dedican mucho tiempo y esfuerzo para cumplir con todos los requisitos que se les piden, pero la necesidad de que haya más peces en el mar y el compromiso con la conservación de su entorno es mayor. Así que lo mínimo que se espera es que la autoridad dé las autorizaciones en los plazos legales (60 días naturales como máximo).
En estos tiempos en los que urge recuperar la abundancia de nuestros mares, los pescadores y sus comunidades sí están a la altura de los desafíos de la pesca, pero no podemos decir lo mismo de la autoridad en la materia.
Hoy existen comunidades que han recorrido todo este camino, de años de trabajo, para recolectar toda la información necesaria, y sin embargo no han tenido respuesta por parte de la autoridad a su solicitud de crear una Zona de Refugio Pesquero. Un ejemplo de ello es la comunidad de El Cuyo, en Yucatán, la cual está comprometida con la conservación de su entorno y los recursos pesqueros. La pregunta es: ¿Por qué la autoridad les defrauda sin darles respuesta a su solicitud de un refugio pesquero?
Bibliografía citada:
(1) CONAPESCA 2022. Carta nacional Pesquera. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/763278/CNP_2022.pdf
(2) Hacia el cumplimiento de la Meta 11 de Aichi del Convenio de Diversidad Biológica. Disponible en: https://simec.conanp.gob.mx/aichi/Mexico_Meta_11_Dic_2016_Cuadernillo.pdf
(3) Pescando Datos. Causa Natura. Disponible en: https://pescandodatos.causanatura.org/refugios
El autor Miguel Rivas Soto. @migrivass es doctor en ecología por el instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México y Director de las campañas de santuarios marinos en Oceana para México.(@OceanaMexico).
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