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"OPINIÓN"

"Insensibles"

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    lqrtera@yahoo.com.mx

     

    Parece que fue ayer cuando comenzaron acontecimientos políticos nuevos, que impactan en la vida cotidiana de los ciudadanos de la Nación; algunos nos sorprendieron, porque por primera vez, en muchos años, se impulsaron medidas en bien de los que siempre habían sido abandonados a su suerte, dejados a la mano de Dios por gobiernos insensibles.

    La ciudadanía soportó por décadas, con increíble paciencia, el olvido en que se le mantuvo. Hasta que llegó el momento de ajustar cuentas con esos políticos logreros, que se habían apoderado de la función pública como si fuera cosa de su propiedad. Pasarán muchos años para que en la mente del pueblo se borre esa nefasta época de la política nacional; no es exagerada la afirmación, al contrario, es justa, tomando en cuenta los hechos ocurridos.

    Se tienen que nombrar las cosas por su nombre, en estos tiempos no caben actitudes a medias, en nada se contribuye a lo nuevo que se viene implementando desde el gobierno, si no se dejan atrás esos lastres de la vida pública. Y esos lastres existen, desgraciadamente aún, en estados y municipios que no están acompasados con el nuevo tiempo mexicano, cuyo signo esencial es el cambio. Vemos, por ejemplo, que en estados gobernados por los conservadores de derecha, hay resistencia a impulsar la seguridad social universal. O, en estados como Guanajuato, donde la criminalidad se ha desbordado, sus titulares no asisten a las reuniones del Gabinete de Seguridad. Esas resistencias, inercias, provincianismos -politiquería barata, corta de miras, al fin y al cabo- deben desterrarse, para impulsar un amplio proyecto de reconstrucción de la vida política y social del país entero.

    Hoy nuevos aires circulan en el ambiente nacional, produciendo una sustanciosa polémica, desde el punto que se le vea. Desde luego, hay sectores que se niegan rotundamente a los cambios que se vienen suscitando a lo largo y ancho del país, son los pocos, son quienes gozaron de los privilegios de un gobierno patrimonialista. Pero el cambio viene con una fuerza arrolladora y obedece a razones históricas, la realidad lo reclama.

    Los cambios no los ha propiciado solamente un liderazgo, con una legitimidad rotunda, como el del Presidente Andrés Manuel López Obrador, sino vienen gracias al empuje del pueblo, que reclama que se gobierne en bien de la ciudadanía. Hoy se ha entrado en una etapa donde el gobierno nacional plantea la justicia social como su bandera, para afrontar la problemática de desigualdad por la que atraviesa la Nación; existen fundadas esperanzas, en los estratos sociales emergentes, en el cumplimiento de sus expectativas. Una amplia labor de ingeniería social es la que se lleva a cabo, reconstruyendo lo que se había destruido o abandonado casi por completo: el campo, la pesca, la educación, la salud, la seguridad pública.

    Se ha rebasado la etapa de la desconfianza y prevalece un ambiente de alegría y fraternidad en la sociedad. Los vientos de cambio se empiezan sentir en todo el país, como prueba de que los ciudadanos hacen suyas las iniciativas que se vienen impulsando con una entereza que no deja lugar a dudas. El bien social es la premisa con la que gobierna el actual régimen, eso anima mucho a la ciudadanía, que ve con entusiasmo su futuro próximo. Esas esperanzas de construir un país de igualdad de oportunidades no las ven cumplirse para las calendas griegas, sino comienzan a tomar realidad en el aquí y ahora.

    Muchos factores, en el interior del país, están alineándose a favor de una reconstrucción nacional. Conforme avance el año se va a ir despejando el futuro en un sentido promisorio, hay que dar tiempo al tiempo para que el gobierno federal eche a andar proyectos como el nuevo aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, que reactivarán áreas económicas importantes para el país. Esto, incluso, cuando a nivel mundial hay una recesión económica, que impacta en la economía del país. Veremos cómo se mueven las variables en lo interno durante el presente año, de eso va a depender en gran medida el desarrollo que se alcance en la macroeconomía.

    Mujeres y hombres ven con optimismo el futuro y luchan permanentemente por alcanzar nuevos estadios de bienestar en seguridad, salud y educación sin cortapisas.