Inmarcesible

    Los ciudadanos de este País han evolucionado políticamente de manera admirable, se caracterizan por su objetividad con los partidos políticos y esos partidos no les pueden dar gato por liebre. Los ciudadanos están muy despiertos, con claridad plena de lo que les conviene y por lo que deben luchar de manera resuelta, sin ninguna duda. Así de sencillas están las cosas en la política nacional.

    lqteran@yahoo.com.mx

    Los ciudadanos de este País han evolucionado políticamente de manera admirable, se caracterizan por su objetividad con los partidos políticos y esos partidos no les pueden dar gato por liebre. Los ciudadanos están muy despiertos, con claridad plena de lo que les conviene y por lo que deben luchar de manera resuelta, sin ninguna duda. Así de sencillas están las cosas en la política nacional.

    Con base en esa realidad política que priva entre la ciudadanía de nuestro País, se funda lo que vaticinamos para el futuro político de esta gran nación. Y, con ello, la certeza de que la transformación seguirá adelante cada vez con más realizaciones. Las condiciones política arrojan la certidumbre de que la política de la cuarta transformación se va a fortalecer con las elecciones en el Estado de México y Coahuila. En sendos estados van a ganar, con amplio margen, las fuerzas democráticas.

    Lo mismo va a suceder en la elección a la Presidencia de la República, en el próximo 2024. Las fuerzas democráticas se van a alzar como un solo haz, para garantizar que el cambio se consolide de manera irreversible en el País entero. La ciudadanía no dudará un segundo en votar a favor de la democracia y el bienestar social, esos objetivos son esenciales para alcanzar una patria para todos. Los ciudadanos se preparan, de manera meticulosa, para consolidar esos fines cuatrotranformistas en la elección presidencial que viene, para lograrlos tejen, con mucho cuidado, la unidad de las clases populares, anudando los hilos sueltos, convenciendo a núcleos sociales cada vez más amplios. La ciudadanía se apresta a repetir la hazaña del 2018 y consolidar, de esa manera, el cambio iniciado durante el actual sexenio.

    Terminado para siempre el largo periodo en que los partidos conservadores engañaron a los electores con el sofisma de que “eran distintos”, para a la hora de gobernar mostrasen que los del prian eran lo mismo, no los separaba nada en su concepción ideológica, tenían la misma línea política, neoliberal y privatizadora de los bienes nacionales.

    Hoy los ciudadanos los tienen bien ubicados, conocen bien sus estrategias demagógicas, son los mismos redomadamente derechistas, representan los mismos intereses retrógrados, son enemigos de las clases populares. Han sido los ciudadanos los que han obligado a los prianistas a quitarse la máscara y a presentarse ante el pueblo tal como son y han sido siempre, contumaces corruptos unidos en una misma alianza contra México. Pero, desde el 2018, año del despertar ciudadano, ya no pueden ni fingir ni engañar a la gente. Hablarán muy bonito, pero los ciudadanos tienen a los políticos de los partidos tradicionales perfectamente reconocidos como rémoras de la sociedad.

    A estas alturas de la historia, los políticos del prianismo son súper conocidos por los electores; por lo tanto, es imposible que confíen en ellos, son lacras que en tiempos de elecciones intentan vestirse con piel de oveja, pero esa estrategia no les funciona, pues la gente los conoce y los caracteriza como viles lobos hambrientos cuando llegan a un puesto público; a esos políticos la ciudadanía los tiene bien identificados y, por lo tanto, está cancelada la posibilidad de otorgarles su sufragio. Los ciudadanos no son masoquistas.

    Una de las preocupaciones de la ciudadanía, en la próxima elección federal del 2024, es garantizar ganar no sólo la Presidencia, sino la mayoría calificada de las dos terceras partes del Congreso de la Unión, para de esa manera tener la certeza de sacar adelante las iniciativas de reforma a la Constitución que el Presidente de la República envíe al Congreso Legislativo para su aprobación. Es toral salvaguardar los intereses de la nación. La ciudadanía, con su voto masivo, va a garantizar ese importantísimo paso histórico.

    A lo largo del tiempo, los ciudadanos de este país han demostrado que no fallan en su cita con la historia y en su inmarcesible responsabilidad con la nación. De eso hay pruebas abrumadoras en las páginas de nuestra historia cívica. Los ciudadanos están protagonizando, en la actualidad, jornadas heroicas a favor de la democracia y el bienestar y no van a fallar en refrendar su lealtad a la patria.