El trabajo desempeñado tanto por el Secretario de Economía, Marcelo Luis Ebrard Casaubón, y el Canciller Juan Ramón de la Fuente, siguiendo las instrucciones de la Presidenta Claudia Sheinbaum, ha sido por demás destacado a la hora de afrontar un tema tan delicado como son los aranceles, impuestos por Donad Trump a todo el mundo, a partir del 2 del presente mes. En la mayoría de los países estas tarifas de exportación a los Estados Unidos van a repercutir en sus economías. México no escapó de esta agresiva política arancelaria, donde al acero, aluminio y automóviles se les impusieron tarifas del 25 por ciento. Pero a nuestro País lo favoreció el tratado comercial que tiene firmado con los Estados Unidos y Canadá, al quedar exentos del gravamen todos los productos incluidos en el tratado comercial.
Por lo pronto, los comentócratas quedaron frustrados con sus vaticinios catastrofistas, que anticipaban un derrumbe económico para nuestro País. Puchistas redomados no atinan una, muestran su fobia siempre en contra de la política económica que viene desarrollando el gobierno de la cuarta transformación, pero no dan una esos añorantes que desean vuelva el régimen de latrocinio y corrupción, el cual sumió al País en su peor debacle de la historia. Añoran un pasado que no volverá jamás al poder en México, porque el pueblo mandó ese pasado al basurero de la historia.
La derecha de este País no pierde oportunidad en exhibir su verdadera ideología y su poco amor a la Nación. Afortunadamente ahora existe un pueblo muy politizado, que sabe bien quienes son sus adversarios históricos y sabe que jamás la derecha va a apoyar las demandas populares ni atenderá la agenda social. La prioridad de la derecha son los de arriba, las élites, a las que sirven defendiendo sus privilegios.
Volviendo a los problemas que más atañen a los ciudadanos de este país, el gobierno actual tiene un plan para el desarrollo nacional aún en las cambiantes condiciones globales. El desarrollo, como bien dice la Presidenta Sheinbaum, debe permitir óptimas condiciones laborales, mejores salarios a los trabajadores, pensiones de retiro dignas, buenos precios para los productos del campo. Esta política de bienestar, los ciudadanos la ven con beneplácito, porque tiene como eje básico mejorar las condiciones económicas, sociales y políticas del pueblo.
Lo que, sin duda, tendrá buenos resultados para consolidar el abasto alimentario de los mexicanos, lo mismo viene una gran inversión pública, siguiendo la estrategia del gobierno anterior, del Presidente Andrés Manuel López Obrador, con el retorno de los ferrocarriles de pasaje y carga en el Istmo y en todo el País, el mejoramiento de los puertos marítimos, la inversión histórica para incrementar el turismo nacional y extranjero; es decir, una serie de proyectos que traerán un enorme progreso a todo lo largo y ancho del territorio nacional. Los ciudadanos se encuentran muy complacidos con los extraordinarios polos de desarrollo que día a día se incrementan, lo que va a traer grandes beneficios a México.
Hay optimismo entre la ciudadanía, porque ven hechos ciertos que por sí solos hablan del desarrollo de este País, de su buena marcha, pese a los extremismos de la derecha que siempre le pone peros a lo que se viene haciendo en favor del progreso de la sociedad. En el horizonte político actual no vemos nada que enturbie la buena marcha de México, ni quien pueda detener los programas sociales que buscan darle un mejor porvenir a los grandes núcleos sociales, que por décadas permanecieron en el abandono y en la actualidad se busca resarcir y llevarlos a una vida mejor, en eso hay claros indicadores positivos.
Lo enfatizamos, porque vemos hechos que se ven a simple vista, es cuestión de observar detenidamente cómo viene cambiando el rostro del País. Es cierto, nos quedan flagelos de esos que se incrementaron de manera inusitada en los gobiernos prianistas, problemas de inseguridad que aún frenan la buena marcha de regiones en México; pero, incluso, en esos delicados rubros creemos que se trabaja correctamente para devolverle la confianza y seguridad a los ciudadanos.
Si hay alegría en los estratos sociales, es indicativo que se marcha correctamente para darle satisfactores al pueblo obrero y campesino y demás clases sociales, que por mucho tiempo estuvieron olvidadas, hablamos de décadas.