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En Estados Unidos es muy común el trámite legal de accidentes automovilísticos. Se manejan dentro del área legal del derecho de daños.
La gran mayoría de los conductores conocen lo que deben y lo que no deben hacer para salir bien librados de una demanda por daños generados por un accidente automovilístico.
De hecho, ese tipo de reclamaciones legales es un área muy lucrativa para abogados que se especializan en ella.
En cambio, en México, pocas personas saben lo que tienen que hacer y lo que no tienen que hacer si participan en un accidente vial.
La gran mayoría de los conductores en nuestro país no conocen sus derechos mínimos y son presa fácil para ser extorsionados por los agentes de Tránsito que tienen un instinto bien desarrollado para detectar cuando están en presencia de una posible víctima de extorsión.
Ante un accidente de tránsito, los conductores se limitan a llamar a su aseguradora para que envíe al ajustador con la esperanza de que este controle los daños y resuelva el problema.
La mayoría de los ajustadores no son abogados, y por lo tanto, su misión se limita a resolver el tema de los daños causados, sin involucrarse en el tema legal, especialmente cuando el agente de Tránsito pretende llevarse detenido a alguno de los conductores.
Creo que todos hemos escuchado historias acerca de la mala experiencia que es participar en un accidente de tránsito y más si hay lesionados o muertos.
Para minimizar el riesgo legal y financiero, en caso de haber participado en un accidente de tránsito, es importante tener contratado un seguro que tenga la cobertura más amplia posible.
Revise que su seguro tenga asistencia legal para que no tenga que gastar en honorarios contratando a un abogado.
Y si participa en un choque, no se le ocurra huir del lugar porque estaría cometiendo un delito o agravando el que haya cometido.
El documento oficial más importante en caso de un choque es el parte (reporte) que levanta el agente de Tránsito. Asegúrese de que se levanta como debe ser y sin alterar ni modificar los hechos.
Si el parte de Tránsito se levanta como debe ser, tenga usted la culpa o no, sus probabilidades de salir bien librado son mejores.
Lo más importante, ante un accidente de tránsito, es recordar la máxima de que más vale un mal arreglo que un buen pleito.
Déle más importancia a resolver mediante un acuerdo los daños causados, que a litigarlos en un tribunal donde puede salirle más caro el caldo que las albóndigas.
Sobre todo, respete las reglas de Tránsito. La ley y el reglamento correspondiente no están pintadas.