Fue la nota más polémica durante la semana pasada; que el Alcalde de Badiraguato planeaba construir un museo del narcotráfico para promover el turismo en el municipio. La propuesta llegó hasta el Senado de la República en voz de Mario Zamora.
Debo reconocer que en un primer momento pensé en el potencial de la propuesta, pues hay algunos centros de memoria de este tipo en otras partes del mundo, muy concurridos y que no hacen apología del delito.
Pero pensándolo mejor, me pregunté: ¿Es esto lo que quieren mostrar los badiraguatenses de su municipio? ¿Es el narcotráfico lo que los identifica culturalmente? Por supuesto que no lo es.
Los museos tienen ese objetivo, de mostrar a sus visitantes su identidad y su patrimonio cultural. Así como también de educar y fomentar valores.
El concepto de identidad cultural se puede definir como un sentimiento de pertenencia a un colectivo social que posee una serie de características y rasgos culturales únicos que los hacen diferenciarse del resto.
Hablar de una cultura dominante, es cuando la mayoría de la población comparte ciertos valores, costumbres y significados comunes. Dentro de ese colectivo se encuentran grupos o subculturas que forman parte de su diversidad interna.
En Sinaloa habrá subculturas donde podríamos ubicar a la narcocultura, esa que toma una forma ostentosa en la vestimenta, el gusto por cierto tipo de música, de religión, etc. Y una significación en la violencia, en el machismo y el poder. No hay duda que para un sector de la población sinaloense esos símbolos los define como personas, pero no a la mayoría.
Como sinaloenses habría que preguntarnos las siguientes preguntas de manera individual y colectiva: ¿Quién soy? ¿En qué creo? ¿Cuáles son mis costumbres? ¿Qué es significativo para mí? ¿Cómo me ven los demás?
Como mazatleco creo que hay símbolos identitarios que compartimos la mayoría, tales como el gusto por la música de banda, por los mariscos y el Carnaval. A mis lectores oriundos de Escuinapa vendrán a su mente la bicicleta, el camarón, etc. A los de Culiacán, de Ahome, o de Badiraguato, vendrán otros elementos a su mente sobre sus municipios
Ahora bien, esos símbolos identitarios son mostrados en expresiones artísticas, o en monumentos y museos. Es una forma de decir: “esto soy” y “esto es importante para mí”. No es casualidad que los monumentos de Mazatlán representen formas de pulmonías, beisbolistas, o músicos.
Ese patrimonio cultural es cada vez más atractivo para los turistas nacionales e internacionales, las personas de culturas distintas buscan experiencias y productos más allá de la belleza escénica. Y al momento que los ofrecemos a cambio de un precio se convierte en un producto; en un producto turístico.
La gastronomía sinaloense, la música, sus tradiciones y fiestas, son, sin duda, un producto turístico que debemos mostrar y ofrecer a los turistas del mundo. Eso es lo que somos y lo que más aprecian ellos en su visita a la entidad.
Es buena la intención del Alcalde José Paz López Elenes de instalar un museo o un centro de memoria para atraer turistas y mostrarles el patrimonio cultural de la región, solo habrá que preguntarse: ¿qué es lo que realmente define la identidad cultural de los badiraguatenses?
Es cuanto....
Y hablando de cultura, qué acertada la designación de Raúl Rico como director del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán. Una persona honorable, culta y honrada. Todo lo contrario a su predecesor.