En el papel, el Gobierno federal reconoce la práctica deportiva como factor infaltable en el desarrollo personal y social, de hecho... Pero del dicho al hecho hay mucho trecho...

    A propósito de la campaña de concientización que desarrolla para prevenir y advertir el daño que provocan las drogas, el Gobierno federal ha integrado a su plan la práctica deportiva, en un primer plano, resaltando el boxeo y colocando como monitor a Julio César Chávez, uno de los grandes personajes del pugilismo profesional mundial, con el valor agregado de que es un ciudadano que rompió y superó sus adicciones a las drogas llamadas recreativas.

    Integrar al llamado “gran campeón” a la campaña antidrogas resulta un acierto de la Presidenta Claudia Sheinbaum, ya que una voz autorizada invitando a los jóvenes a involucrarse en la práctica deportiva es totalmente creíble, y más aún si se considera que Julio César es un referente de superación, considerando su origen familiar y el nocaut que le propinó a sus adicciones.

    Sin lugar a dudas, el deporte es factor importante en el desarrollo del individuo y, desde épocas remotas, sociedades que han trascendido lo impulsaban con apoyos irrestrictos y de ejemplo, pues ahí están las civilizaciones antiguas como la romana, la griega y la azteca.

    En el papel, el Gobierno federal reconoce la práctica deportiva como factor infaltable en el desarrollo personal y social, de hecho, en una de las páginas oficiales, nos dice: “...el Gobierno federal tiene como prioridad fundamental la práctica de la actividad física y el deporte para elevar el nivel de bienestar social y cultural de las y los habitantes de nuestro País, ya que el deporte es una de las expresiones culturales que más vinculan a los seres humanos”.

    Impecable resulta lo expuesto, ya que el deporte, también impacta positivamente en el fomento a la salud y la prevención de enfermedades.

    Pero, del dicho al hecho hay mucho trecho, versa el refrán, ya que lo que de manera acertada se define no se refleja en la realidad, pues la cultura deportiva es una más de las materias pendientes de cumplimiento que tiene el Gobierno con la sociedad. Y no hay que ir muy lejos para probarlo, ahí está la escasez de espacios deportivos y el lamentable estado de los existentes, amén del poco presupuesto federal destinado al deporte, cuyo monto significa el .056 por ciento del egreso asignado para el año que corre.

    De hecho, el presupuesto federal destinado al deporte ha descendido de manera acentuada a partir del 2018, como parte de la llamada austeridad republicana impulsada por el ex Presidente López Obrador y sostenida por el actual gobierno, así lo ilustra el hecho de que en el 2013 la asignación federal era de 7 mil 142 millones de pesos y en la actualidad, es de 2 mil 136 millones de pesos.

    Pero no sólo eso, como si el deporte se tratara de una actividad elitista, el Gobierno federal actual eliminó el Estímulo Fiscal para el Deporte de Alto Rendimiento (Efideporte) que impulsaba aportaciones privadas deducibles de impuestos, fue eliminado, bajo el pretexto que se hacía mal uso de lo recaudado y que sólo beneficiaba a los donantes. La clásica práctica morenista de matar al enfermo, antes de buscar la cura para el mal.

    Hechos son amores y si la intención es sincera y no mera demagogia, para impulsar el principio de mente sana en cuerpo sano a través del deporte, es más que necesario que el Gobierno, en todos sus niveles, le dé a dicha práctica la atención que se merece. ¡Buenos días!