Hay buen apetito por alcaldías en Morena
Reelecciones que no estaban en los planes
Por no saberse si es una indicación del partido, o los alcaldes decidieron por su cuenta apuntarse para no quedar fuera del marco de posibilidades, sorprende que los principales presidentes municipales se hayan registrado en el proceso interno del Movimiento Regeneración Nacional con la pretensión de reelegirse en los cargos que ocupan. Sin cribas que clarifiquen los desenlaces ni candidaturas con caminos allanados se requerirá de la astuta actuación de los que son factores de decisión en la Cuarta Transformación con tal de que esto no acabe en decepciones de los no beneficiados y triunfalismos de los favorecidos.
Houston, tenemos un problema, podría ser la frase a escuchar en el cuartel general de Morena debido que está en el brete de hacer las asignaciones en la boleta electoral y que todos queden satisfechos, no se diga en municipios como Guasave que con diez aspirantes a la alcaldía pareciera que los pretensos asisten a unos de esos banquetes pueblerinos en los que hay un becerro completo en barbacoa para repartir.
Es verdad que en los municipios del norte se daba por hecho que los ediles buscarían prolongarse en el poder, pero en Culiacán y Mazatlán predominó una especie de lapsus de vacilación que llevó a la hipótesis de perfiles nuevos, principalmente de mujeres, aspirando a las alcaldías. Tal vez el esquema de equilibrio prevalezca a pesar de que hace ruido político el tema de la reelección y lo bien calificados que están aquellos que van por la ratificación.
En Mazatlán y Culiacán, donde más sorpresiva resulta la búsqueda de la reelección, es un hecho que los gobiernos de Édgar González Zataráin y Juan de Dios Gámez Mendívil se hallan positivamente posicionados en el conocimiento y la simpatía popular después de hacer la adecuada labor de apagafuegos en municipios al ras de la inestabilidad y anulando a Luis Guillermo Benítez Torres y Jesús Estrada Ferreiro como causantes de narrativas en contra de los postulados básicos del morenismo, con el inherente trance de que estuvieran en riesgo electoral los dos bastiones del partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En caso de efectuarse la encuesta con metodología y voluntad política adecuadas, los alcaldes en funciones llevan mano por la permanente presencia en medios de comunicación, redes sociales y la investidura oficial que les permite estar en asiduo contacto con los ciudadanos. Pero también falta por resolver lo referente a la paridad de género y depende de la decisión que adopte Morena para la equidad en municipios grandes y pequeños.
Lo que ya se había establecido como de alta probabilidad es que Gerardo Vargas busque la reelección en Ahome, Martín Ahumada Quintero en Guasave y Armando Camacho en Salvador Alvarado, cuestión que parece más de trámite que de negociaciones en las cúpulas de Morena. ¿Y si el vuelco a dar determinara que sea en estos municipios donde se postule a mujeres para las alcaldías? De ser así el galimatías a resolver será mayor.
Es probable que el orden doméstico de Morena se altere de aquí a que se definan los equilibrios que ordena el principio constitucional de representación igualitaria regulado por las leyes generales de Instituciones y Procedimientos Electorales y la de Partidos Políticos. En apego a tales disposiciones tanto las candidaturas a alcaldes de municipios chicos, medianos y grandes deberán ser repartidas proporcionalmente a mujeres y hombres. Todo lo demás es, por ahora, especulación y movimientos en la pizarra futurista.
Y sí, de momento todo queda a expensas del puede ser. Quizás el Gobernador Rubén Rocha Moya ya sepa cómo se distribuirán las candidaturas a las presidencias municipales y únicamente espera a que se cubra el requisito de las consultas como vía de legitimación de las decisiones categóricas. Mientras tanto, los registros de González Zataráin en Mazatlán y de Gámez Mendívil en Culiacán coadyuvan a la credibilidad del proceso interno, independientemente de que el Mandatario estatal tenga otros planes para los políticos rescatistas que, dicho sea de paso, hacen un buen trabajo en la restauración de la armonía en dos municipios donde Morena detectó y detuvo a tiempo la horrenda adulterada la 4T.
Todos los morenistas o adherentes que se registraron para las presidencias municipales requerirán de dosis fuertes de amlodipino porque antes de que se defina quiénes pasan la aduana de la medición de intención del voto habrá cuatro palomeos cruciales que requieren de tiempo. El del Presidente López Obrador, el del Gobernador Rubén Rocha Moya, el de Claudia Sheinbaum como coordinadora de los Comités de la Cuarta Transformación y el de Mario Delgado, dirigente nacional de Morena. Falta mucha agua por correr y la convocatoria y método de selección no trae los embudos que eviten derrames de intereses y sentimientos.
Lo que hay, ahorita, son muchísimos tiradores para un solo cargo de elección popular en los municipios. Ni siquiera las diputaciones locales o regidurías alcanzan para darles a los participantes sus respectivos premios de consolación. Más claro: todos quieren barbacoa sin que siquiera haya nacido el becerro y hasta llevan tupperwares por si la repartición es más frugal de lo que imaginan.
Con una vez que prueban los puestos,
Ser alcaldes se les vuelve vicio,
Y como los niños de hospicio,
A repetir plato van dispuestos.
En la Coalición Fuerza y Corazón por México no hacen tan malos quesos en eso de los aspirantes a montones para las alcaldías. Ayer el líder municipal del Partido Revolucionario Institucional, Ramiro Garza, a quien le corresponde designar al candidato en Culiacán, les quitó la capucha a Aarón Rivas, Aarón Irízar, Héctor Orrantia, Óscar Valdez, Noé Heredia y Érika Sánchez, mientras que la dirigente del Partido Acción Nacional, Silvia Ramírez, perfiló a Sadol Osorio Porras.