Hagamos eco de la voz de la comunidad científica. A oídos sordos, el eco de millones

    El gobierno actual, encabezado por López Obrador, tiene en sus manos el gran reto y la oportunidad de promover el desarrollo de nuestro país sin transgredir al medio ambiente y la biodiversidad, cumplir el marco legal de nuestro país y sentar un precedente histórico que ponga en el centro de la toma de decisiones a la gente y al medio ambiente.

    Por Aleira Lara*

    El Panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) ha hecho sonar las alertas en múltiples ocasiones para alertarnos sobre la encrucijada en la que se encuentra la humanidad y la necesidad urgente de compromisos gubernamentales, sin embargo, y muy lamentablemente, esas alarmas no han logrado la atención y sobre todo el compromiso de acción climática.

    En esta ocasión el IPCC con el nuevo informe del Grupo de Trabajo III plantea a la producción de alimentos vegetarianos, a las energías eólica y solar, y la protección de los bosques como soluciones climáticas que pueden reducir en un 50 por ciento a las emisiones mundiales para 2030[1] y encaminarnos a horizonte de cero emisiones.

    Está más que claro que las actuales políticas climáticas de los gobiernos nos están dirigiendo al fracaso. Las soluciones son claras y se han dicho de manera contundente por la comunidad científica.

    La protección de bosques y ecosistemas, que considere fundamental la participación de los pueblos indígenas y de las comunidades locales es clave. Esto implica un cambio de visión, pasar de la dinámica de reparar los daños a la de evitarlos. Es urgente frenar todas las actividades que generan una gran presión sobre los bosques como la agricultura y ganadería industrial y el modelo de turismo depredador. Eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles, reduciendo el consumo energético y aprovechando el gran potencial de las energías solar y eólica.

    Y un eje transversal para promover estas soluciones es el redireccionamiento del presupuesto público e inversiones destructivas hacia las soluciones reales y equitativas, especialmente en apoyo de las sociedades menos desarrolladas y más vulnerables.

    En este marco resulta imprescindible amplificar las voces de personas expertas, de comunidades locales y de organizaciones de la sociedad civil que han alertado sobre la inminente afectación a la Selva Maya por los inicios de las obras del Tramo 5 del Tren Maya: la deforestación de decenas de kilómetros; afectación de varios sistemas de cuevas y ríos subterráneos, entre los cuales se encuentra el sistema Dos Ojos-Sac Actun, un conjunto de cavidades interconectadas que suma 347 kilómetros[2]; afectación del acuífero; impactos negativos en la flora y fauna que habita la selva y que alberga a 114 especies de mamíferos terrestres, algunas con categoría de riesgo (incluidas en la NOM-059) y que dependen directamente de las cuevas y cenotes para su refugio y abastecimiento.

    Existen alternativas que pueden generar desarrollo sin destruir el hogar de miles de especies nativas: turismo responsable con el medio ambiente, alternativas de movilidad eléctrica en vías existentes.

    El gobierno actual, encabezado por López Obrador, tiene en sus manos el gran reto y la oportunidad de promover el desarrollo de nuestro país sin transgredir al medio ambiente y la biodiversidad, cumplir el marco legal de nuestro país y sentar un precedente histórico que ponga en el centro de la toma de decisiones a la gente y al medio ambiente.

    *La autora es Directora de campañas en Greenpeace México.

    [1] Climate Change 2022: Mitigation of Climate Change. IPCC. Working Group III report. En https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-working-group-3/

    [2] Promoverán al sistema Sac Actun, ubicado en Tulum, México, como Bien Mixto ante la UNESCO. En https://www.inah.gob.mx/boletines/6927-promoveran-al-sistema-sac-actun-ubicado-en-tulum-mexico-como-bien-mixto-ante-la-unesc