En tiempos de austeridad no se debe incurrir en gastos excesivos; por lo contrario, se utilizan los recursos convenientemente y se estira, en la medida de lo posible, el capital con que se cuenta.
La palabra austero proviene del latín austerus (que, a su vez, derivaba del griego austerós) y significa áspero. El término comenzó a aplicarse a las frutas que no estaban en su sazón, por lo que su sabor no era el adecuado. Posteriormente, se amplió el abanico y significó algo rígido o desabrido; incluso, mortificación, penitencia o recogimiento.
Normalmente, se pedía que la austeridad se abrazase por elección, para llevar una vida sobria, morigerada, sencilla, sin excesos y sin lujos; pero en nuestro tiempo se ha convertido en una obligación, como señaló el escritor y periodista español Álex Grijelmo, en el periódico El País, el 2 de enero de 2013:
“Hoy en día se impone la austeridad a las comunidades autónomas, al gasto del Estado, a nuestra vida en general, a la educación, a la sanidad, a los subsidios, incluso a “los chuches” (golosinas). Por eso, añadió: “Austeridad” no significa ya renunciar a tener más de lo necesario, sino conformarse con menos de lo necesario”.
El actual Gobierno del Estado de Sinaloa publicó criterios de austeridad y pidió a todas las dependencias ajustarse estrictamente a esas normas. Consecuente con esta petición, el Instituto Sinaloense de Cultura ha adoptado medidas para llevar la cultura a todos los municipios, pero haciendo más con lo que se tiene.
Así se dio a conocer ayer en una rueda de prensa en la que se anunció la Temporada de la OSSLA y Novedades Artísticas Musicales, mediante diversos ensambles y grupos para llevar la cultura a todos los rincones.
¿Optimizo y dosifico los recursos?