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El 20 de agosto de 2018, Greta Tintin Eleonora Ernman Thunberg, a sus 15 años, decidió no asistir a su escuela secundaria como una forma de demandar al gobierno de su país (Suecia) la reducción de emisiones de carbono. Promovió un movimiento de huelga climática escolar denominado Viernes para el Futuro (Fridays for Future). Pronto, millones de estudiantes participaron en protestas similares en sus propias comunidades. Recientemente, Greta Thunberg fue elegida personalidad del año 2019 de la revista Time, que la exhibe en su portada con el título “El poder de la juventud”.
Muchas cosas han pasado en este breve tiempo. Greta, sin una sola sonrisa, se ha convertido en un símbolo de la juventud, de una nueva generación que tiene prisa por actuar, por romper esquemas como sentenció en la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas “Necesitamos mantener los combustibles fósiles en el suelo y debemos centrarnos en la equidad. Y si las soluciones dentro del sistema son tan imposibles de encontrar, tal vez deberíamos cambiar el sistema en sí mismo”.
Digan lo que digan (a pesar de las críticas que también abundan) Greta decidió actuar y se ha convertido en una de las personas de mayor influencia en el mundo por hablar a los líderes políticos de frente, sin miedo y sin prejuicio: “No son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son. Esa carga, incluso, nos la dejan a nosotros los niños. Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando su futuro ante sus propios ojos”.
En este corto tiempo, Greta ha sido merecedora de decenas de premios y condecoraciones por su activismo y liderazgo mundial. Habló en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, expuso ante el Comité Económico y Social Europeo, en el Foro Económico Mundial, en la Asamblea Nacional francesa, atravesó en velero el Atlántico para estar en la cumbre de Naciones Unidas en Nueva York, repitió la travesía para estar en la Cumbre de Cambio Climático en Madrid donde acaparó la atención de la prensa mundial.
La popularidad de Greta ha rebasado expectativas. El caso no es para menos, como ella lo expresó “Quiero que entres en pánico, que sientas el miedo que yo siento todos los días, y luego quiero que actúes como si tu casa estuviera en llamas, porque eso es lo que está pasando”.
En poco tiempo, las generaciones del nuevo milenio -que muchos adultos tachan de improductivas- han logrado la atención de todo el mundo. Este mismo año impartí clases en la Universidad en tres carreras diferentes y pude percibir grandes compromisos en mis estudiantes, lo percibo también todos los días en mis propios hijos. Una nueva generación irrumpe y exige un mundo mejor.
Hoy Greta está de regreso a casa. “2019 casi ha terminado” dijo “Pero debemos asegurarnos de que 2020 será el año de la acción, será el año en que revertiremos la curva de emisiones globales”. No es un deseo de una niña de 16 años, es la voz de la juventud mundial unida que no está dispuesta a esperar más. El efecto Greta apenas comienza. Viene lo mejor. Que así sea.