Rafael Morgan Ríos
cp_rafaelmorgan@hotmail.com
Son ya tantas las noticias y columnas en los medios de comunicación y las redes sobre el problema de la salud, no sólo en México sino en el mundo entero, que una columna más sobre el tema pareciera excesivo, pero se ha agravado tanto esta crisis, en su intensidad y en lo prolongado de sus efectos, que tal vez requiera comentar causas y efectos, además de una serie de problemas y daños colaterales que, o no se previeron o tomaron por sorpresa a las autoridades y a la población en general. Veamos algunas:
1. Ya de por si el Covid-19 es tan contagioso que sólo se ha podido controlar con medidas draconianas en países como China que la pudo imponer sin muchos problemas; ahora aparecen mutaciones del virus en Gran Bretaña, Sudáfrica y Brasil sobre las cuales no hay pruebas suficientes de que las vacunas sean efectivas ante estas cepas.
2. Por más que se dice y declara que hay camas y equipo suficiente, lo cierto es que muchos enfermos no encuentran lugar en los hospitales públicos y a veces ni en los privados, además que éstos son carísimos.
3. Pocas referencias hay sobre el número de médicos, enfermeros y personal de apoyo que están agobiados y rebasados ante tantos enfermos, a grado tal que han tenido que “seleccionarlos” dejando fuera a los más graves y agonizantes ante la falta de lugar y de equipo. Todo lo anterior sin considerar los infectados y fallecidos del personal de salud.
4. Hizo crisis el problema de la falta de medicamentos en los servicios públicos de salud y en las farmacias privadas; ha sido evidente la falta de medicamentos para el cáncer en los niños, pero además otros fármacos como las vacunas hexavalentes escasearon porque el Gobierno, en su “lucha contra la corrupción bloqueó e inhabilitó empresas y laboratorios farmacéuticos y condiciona la firma de contratos; ahora pretende adquirir medicinas en el extranjero con intermediación de la ONU, pero hasta la fecha no se ha logrado y la escasez sigue, los enfermos se agravan y algunos mueren; además, el Gobierno creyó fácil el proceso de distribución y se encontró con la complejidad del mismo, pues distribuir miles de productos en todos los hospitales y clínicas en la cantidad necesaria y en el tiempo adecuado, requiere de todo un sistema y metodología digitalizada.
5. Ahora está apareciendo el problema de la escasez de oxígeno y hasta de tanques contenedores. Es dramático ver las filas prolongadas de personas esperando rellenar sus tanques; y es que sólo hay pocas compañías autorizadas para producir oxígeno medicinal, por lo que aparece el mercado negro y los “coyotes”, que de alguna forma obtienen el producto para revenderlo en cinco y más veces su valor.
6. Además, se le vino abajo al Gobierno la adquisición oportuna de las vacunas anticovid. Es lógico también que los países que las desarrollaron y las producen quieran beneficiar primero a su población; el Presidente López Obrador clama por los países pobres más que por los mexicanos pobres. Ha habido tantas promesas en cuanto a la cantidad de vacunas compradas por México y en cuanto a los tiempos en que se surtirían, que tristemente no se va a cumplir el supuesto plan de vacunación, no sólo porque no llegan las vacunas, sino porque se está centralizando su aplicación en lugar de convocar a universidades, hospitales públicos y privados, a entidades federativas y a médicos y enfermeras independientes para integrarse al “plan nacional de vacunación”.
7. Ha sido muy comentado el hecho de que México es de los pocos países que no impuso el uso del cubrebocas, la aplicación de las pruebas Covid-19 y el seguimiento de los resultados positivos para buscar otros contagiados. Es verdaderamente terrible ver al Presidente, sus ministros, los generales del Ejército y oficiales de Marina y hasta candidatos, sin cubrebocas en programas y noticieros de televisión, mandando así un mensaje contradictorio en cuanto al cumplimiento de las medidas preventivas necesarias.
8. Todo lo anterior lleva a la conclusión de que el Gobierno no tiene un verdadero plan de salud sino sólo medidas parciales, órdenes que no se cumplen y hasta información incompleta y falta de evaluación de la gravedad del caso.
Habría que tomar en cuenta las medidas de urgencia y emergencia tomadas por el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que prácticamente puso al Gobierno y al país en “situación de guerra” y todas las dependencias federales y locales se han puesto a trabajar; tal vez ahora, que hasta el Presidente de México se ha reportado como contagiado, esto empiece a cambiar.
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