Gato X Liebre en Baja California Sur: Engaño en las mesas, peligro en los mares
En la gastronomía sudcaliforniana, el pescado ocupa un lugar primordial. Sin embargo, esta forma de nutrición tan saludable y con un bajo impacto ambiental se ve empañada por una realidad poco conocida: el fenómeno del Gato X Liebre. Esto sucede cuando al comprar pescado recibimos una especie distinta a la que pedimos.
En Baja California Sur, esta problemática alcanza niveles muy altos, revelando una práctica que afecta a consumidores, pescadores y a los océanos. Un estudio realizado por Oceana en restaurantes de cinco ciudades sudcalifornianas revela una tasa de sustitución del 42 por ciento, cifra preocupante que se acerca al promedio nacional del 44 por ciento.
Los Cabos, famoso por su escena gastronómica y turística al recibir alrededor de 3 millones de turistas al año, ocupa el segundo lugar a nivel nacional con un alarmante 60 por ciento de sustitución. La Paz sigue con un 37 por ciento, mientras que Santa Rosalía, Mulegé y Loreto muestran un 32 por ciento de sustitución.
La falta de transparencia en la cadena de valor permite que, lamentablemente, la sustitución de pescados sea una práctica común. ¿Cuándo nos dan Gato X Liebre? En el momento en que recibimos una especie de menor valor bajo el nombre de otra más cara, cuando se comercializan especies importadas como si fueran capturadas localmente, y en ocasiones, compramos especies en peligro o capturadas de manera ilegal sin siquiera saberlo. La ausencia de mecanismos para conocer el origen y el trayecto del pescado contribuye a este problema que afecta a consumidores, pescadores y a la salud de los mares.
En Baja California Sur, la sustitución, además de ser un engaño al consumidor, también es menosprecio a especies locales poco valoradas como el verdillo, la pierna, el cochito y el cardenal. Estas especies tienen alto valor nutricional, social y ambiental, y son cruciales para las comunidades pesqueras ribereñas, quienes dependen de su captura y comercialización.
Sin embargo, al no ser reconocidas, se desconoce que estas especies son las que satisfacen gran parte de la demanda en el estado. Esto ocasiona que quienes se dedican a la pesca no reciban precios justos por su producto y se valore poco su trabajo.
La sustitución de pescados nos afecta a todas y todos. Perjudica a las y los consumidores, quienes pagan más por especies de menor valor, las cuales en muchas ocasiones son especies importadas de países asiáticos o incluso especies en peligro. Por si fuera poco, la opacidad en el trayecto del pescado del barco al plato abre la puerta a la pesca ilegal, ya que no sabemos con certeza que las especies llegan a nuestras mesas son capturadas siguiendo la ley y las normas de manejo y conservación, amenazando la salud de nuestros mares.
Es urgente y necesario implementar un sistema de trazabilidad que siga el recorrido del producto pesquero desde su captura hasta nuestras mesas. Aunque existe un Anteproyecto de Norma Oficial Mexicana de Trazabilidad de Pescados y Mariscos desde hace más de dos años, su aprobación es esencial para poner fin al Gato X Liebre. Urge la acción conjunta de autoridades para garantizar la transparencia y sustentabilidad en el consumo de pescados y mariscos.
El Gobernador de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, tiene la oportunidad de trabajar por el sector pesquero y turístico de su estado, así como en favor de todas las personas que consumen pescados y mariscos y quieren saber qué comen, su origen local y legal procedencia. El gobernador puede y debe solicitar a la Conapesca, que después de casi tres años de un proceso detenido, por fin, apruebe la Norma de trazabilidad.
La trazabilidad es nuestra herramienta para acabar con el engaño en las mesas y el peligro en los mares. Firma esta petición para instar a la aprobación de la Norma Oficial Mexicana de Trazabilidad de Pescados y Mariscos. Juntas y juntos podemos garantizar que lo que llega a nuestro plato sea local, legal y sostenible, poniendo fin al Gato X Liebre en Baja California Sur y el resto del País.
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La autora es Mariana Aziz, directora de campañas de Transparencia de Oceana en México (@OceanaMexico).
